El caso Vargas Landeros
¡Ah, la justicia! Ese manjar que de pronto se sirve con platos fríos… pero no siempre parejos. Hoy el horno está para juicio de procedencia, y el platillo principal es Gerardo Octavio Vargas Landeros, el mismo que en tiempos de Malova fue el “gran operador”, el “jefe de gabinete”, el que hacía y deshacía… pero también el que encarnó uno de los gobiernos más corruptos de Sinaloa. No lo dice este humilde entremesero, lo decía el propio Andrés Manuel López Obrador cuando recorría los pueblos fundando Morena: “Malova, gobierno corrupto”. Y sin embargo, ahí estábamos, recibiendo con brazos abiertos al delfín del desastre, porque “todos caben en Morena sabiéndolos acomodar”.
El error fundacional
Aceptar a Gerardo Vargas fue el pecado original de Morena en Sinaloa. Se les coló por la rendija pragmática que a veces nubla los principios. Se creyó que era más útil dentro que fuera.
Pero si la ASE, la Fiscalía y el Congreso se van a poner justicieros, ¡que sea pareja la cosa! Porque 2,200 millones de pesos de “auditorias raquiticas” de Quirino Ordaz Coppel —nuestro ahora embajador en España — no son calderilla, y ahí sigue paseándose por Madrid, comiendo jamón ibérico sin rendirle cuentas al pueblo de Sinaloa.
O qué decir de los 947 millones de pesos desviados del ISSSTESIN, como denunció la propia auditora Emma Guadalupe Félix Rivera.
Arrendamientos: el “lujo” disfrazado de eficiencia
Y ahora que la Auditoría Superior del Estado se lanza contra los contratos de arrendamiento, uno no puede más que aplaudir… pero también preguntar:
¿Y los demás? Porque si nos vamos parejo contra todos los gobiernos que rentan patrullas, maquinaria, computadoras, oficinas, y hasta conciencias… nos quedaríamos casi sin presidentes municipales en Sinaloa.
AMLO lo entendió desde el inicio: lo que sale caro no es comprar, sino arrendar a sobreprecio. Por eso compró los ductos, los hospitales, las cárceles… todo aquello que Peña y Calderón firmaron en leasing como si fueran membresías de gimnasio.
Debería la 4T en Sinaloa prohibir el arrendamiento.
🧂 La cucharada final
El juicio a Vargas es justo, pero no completo.
Es necesario, pero insuficiente.
No es la justicia plena, sino la justicia a medias.
Y esa, mis estimados comensales de la patria, sabe a impunidad servida en la mesa de al lado.