Por Carlos Arredondo
- ¿Por qué deben importarme las reformas planteadas por el presidente?
- ¿Por qué las veo tanto y tanto loco escribe al respecto?
- ¿Por qué los derechairos ven el Armagedón con estas propuestas?
- Pensiones, poder judicial, etc., ¿por qué dice AMLO que son para salvar al pueblo?
Hace apenas unos días el presidente Andrés Manuel López Obrador, en su ya tradicional Mañanera, anunciaba un paquete de reformas que planteara al Congreso donde atribuye a éstas la cualidad para salvar al pueblo. Dicho anuncio después de días sigue vigente, aún y cuando otros temas intentaran llevar la atención a otro punto sobre todo para golpear la popularidad del presidente que ronda el 70 % de aceptación, algo no visto para un presidente al final de su sexenio y algo que sin duda a la oposición la tiene desvirtuada en esfuerzos efímeros para intentar desacreditar y en especial para justificar su existencia como oposición, cosa que no supieron ser durante todo el sexenio.
Pero ¿qué dicen o qué reformas son?
- Reconocimiento de los pueblos indígenas y afromexicanos.
- Garantizar la pensión para adultos mayores y el aumento de ésta cada año; así como la atención para personas con discapacidad.
- Otorgar becas a estudiantes de bajos recursos en todos los niveles escolares.
- Garantizar atención médica integral y gratuita a la población.
- Garantizar la vivienda de los trabajadores.
- Prohibir el maltrato de animales.
- Prohibición del fracking y no otorgar concesiones para la actividad minera a cielo abierto.
- Respetar las zonas con escasez de agua y sólo otorgar concesiones para uso doméstico.
- Prohibir el comercio de vapeadores y drogas químicas como el fentanilo.
- Aumentar el salario mínimo por encima de la inflación anual.
- Que el salario mínimo de maestros, policías, marinos, enfermeras, médicos, entre otros trabajadores de gobierno, no sea menor al de trabajadores inscritos al Seguro Social.
- Revertir las reformas a las pensiones aprobadas en 1997 y 2007 por los presidentes Ernesto Zedillo y Felipe Calderón.
- Garantizar el derecho a la educación y al trabajo.
- Brindar seguro a campesinos que cultivan sus tierras y mantener programas de apoyo directo a la producción.
- Utilizar 18,000 kilómetros de vías férreas para trenes de pasajeros y devolver a la Comisión Federal de Electricidad su carácter de empresa pública estratégica.
- Reducción de gastos electorales, disminución a 64 senadores y 300 diputados, y reducir a 30% de participación para que las consultas populares sean vinculantes.
- Elección de jueces, magistrados y ministros por voto popular.
- Integrar la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional para evitar corrupción.
- Establecer en la Constitución que ningún servidor público puede ganar más que el presidente de la República.
- Eliminar los organismos autónomos.
Dejaré a ustedes apreciados lectores revisarlas, pero bajo mi análisis la reducción del gasto electoral, el proceso de elección de jueces, magistrados y el aumento al salario por encima de la inflación me parecen temas de lo más discutibles con el respetable, sin embargo, las demás reformas no veo por qué deban tener dificultades para darse, son deudas pendientes con el pueblo mexicano incluso con la tierra misma que habitamos.
Es necesario escribirlo y decirlo, la animadversión que nos tienen a los que participamos en la 4T es impresionante, en especial al poner en la palestra temas como los que el presidente envía al Congreso, ¿por qué? Simple, porque rompe el paradigma de clases, la hegemonía de una clase política y económica para la cual a través de sus procesos educativos implantados en un periodo neoliberal generaron el pensar que el ganar mal estaba bien, que el darle al extranjero para explotar nuestras aguas está bien, que el medicamento y la atención médica sólo sean para quien pueda pagarla está bien, que las campesinas y campesinos por ser trabajadores del campo o sectores rurales deben ser el nivel más bajo del escalafón y el salir de allí para mudarse a las ciudades sea el llamar exitoso porque obtuviste un salario, una jornada horaria y seguro social.
Estas son cosas que normalizamos a través de un modelo de gobierno que destripó a nuestro país y que nos está costando mucho reconstruir y fincar las bases para regresar al pueblo su valor, y si no se hace desde arriba, si en un país como México, un país sumamente desigual, el presidente no toma la determinación de cambiarlo, difícilmente los empoderados, los derechairos buena ondita lo harán.
Ellos están más preocupados en si las grandes corporaciones ya compraron los pozos que quedan de agua para darnos trabajos en vez de preocuparse por la dignificación del trabajo mismo. Están claramente más identificados con seguir gentrificando las comunidades indígenas, en explotar lo que queda de país, y luego acusar que los pobres son pobres porque quieren o por que no quisieron los trabajos que nos ofrecen, esos donde habría que mudarse a vivir a cubos de 2×2 a precios impagables, más los servicios que ellos mismos cobran a cambio de sueldos con los que hoy no es posible mantener un hogar.
Y ellos dirán, ‘pero ya tuvieron sus 6 años de su mesías, ya debieron arreglar el país y no pudieron’, habría que decirles, que con una inflación contenida en un mundo económicamente en crisis, con una pandemia que laceró al mundo y que a nosotros no nos detuvo, a pesar de que incluso los mismos derechairos desearon la muerte de un sinfín de personas para justificar los ataques contra la presidencia.
No, amigos y amigas, hoy no justifico al presidente, ni siquiera digo que todas sus reformas me agraden, sólo afirmo que lo que envía al Congreso el presidente más legitimado de nuestro país es seguir dejando bases para que el pueblo de México, ese que dejamos muchos de lado o que muchos sólo se atrevían a mirar hacia abajo, retome su lugar que le corresponde. Y no se equivoquen, no es discurso de odio, es justicia, porque la justicia en México también durante mucho tiempo ha sido elitista y se resiste a dejar de serlo.
La 4T podrá no haber hecho un paraíso en 6 años o no dejarnos como país europeo de primer mundo, pero sin duda acercó a los que menos tienen a tener justicia. Y debemos seguir construyendo ese puente.
Hasta siempre.