Estudiantes de más de la mitad de los estados del país están realizando manifestaciones y plantones contra la guerra en Gaza, así como contra la complicidad de la élite política, empresarial y académica de Estados Unidos. Hasta ahora, cada arresto y represión de estos jóvenes ha llevado a un aumento en las acciones de protesta en más de 100 universidades.
Las manifestaciones, especialmente los campamentos y plantones, han causado preocupación y alarma entre las autoridades universitarias, políticos locales y federales, incluidos gobernadores, líderes legislativos federales y el propio presidente Joe Biden, quien criticó la ocupación de un edificio universitario en la Universidad de Columbia y calificó de antisemitas términos como intifada.
Los estudiantes exigen que sus universidades retiren inversiones multimillonarias de empresas relacionadas con Israel y se pronuncien a favor de un alto el fuego inmediato.
Los líderes universitarios y políticos rechazan estas demandas y, ante la proximidad de las ceremonias de fin de año escolar, han recurrido a la policía y, en algunos casos, a la Guardia Nacional, que ha empleado balas de goma, gas pimienta, fuerza física e incluso francotiradores, a pesar de que la mayoría de las protestas han sido pacíficas. Más de 1,600 estudiantes y profesores han sido arrestados en 33 universidades, pero las protestas continuaban en más de 100 universidades este miércoles.
Las imágenes de policías antidisturbios sujetando a estudiantes y profesores con violencia y arrojándolos al suelo han aumentado las tensiones en muchas universidades. La mayoría de los estudiantes han mantenido un compromiso con la resistencia pacífica, señalando que las autoridades han respondido con violencia.
Aunque la mayoría de los arrestados han cooperado con la policía, se han reportado algunos enfrentamientos y circulan imágenes de manifestantes con heridas de sangre. A pesar de los arrestos masivos en la Universidad de Columbia y el desmantelamiento del plantón, el movimiento ha ganado mayor cobertura mediática en las últimas 48 horas. Estudiantes han instalado nuevos plantones y ocupaciones en otras universidades como la Universidad Estatal de Portland, en Oregón, y la New School, en Nueva York.
Universidades públicas como la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, la Universidad de Utah en Salt Lake City, la Universidad de Wisconsin en Madison, la Universidad Estatal de Ohio y la Universidad de Texas también fueron escenarios de protestas esta semana, que terminaron con arrestos por parte de la policía.
En muchas de estas instituciones, las autoridades han acusado a los manifestantes de estar infiltrados por actores externos y han sugerido posibles vínculos con organizaciones extremistas.
Las represiones más agresivas han despertado temores de una repetición de la violencia oficial contra estudiantes de los años 60. De hecho, está por marcarse el aniversario del asesinato de cuatro universitarios a manos de la Guardia Nacional en la Universidad Estatal de Kent en Ohio, en 1970.
En la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), los estudiantes fueron sorprendidos cuando la policía local se retiró poco antes de que su plantón pacífico fuera atacado por simpatizantes sionistas, que primero lanzaron cohetes de fuegos artificiales y luego irrumpieron en el campamento con palos. Fue una noche devastadora de violencia, comentó Benjamin Kersten, estudiante de la UCLA y miembro de Voces Judías por la Paz, quien culpó a activistas sionistas y agitadores externos por los actos violentos.
Mientras las autoridades expresan su preocupación por la seguridad de los estudiantes judíos en las universidades, Kersten y otros han señalado que los estudiantes judíos que participan en las protestas contra la guerra de Israel también han sido blanco de ataques por parte de manifestantes sionistas y la policía.
Sin embargo, no todas las universidades con plantones han experimentado enfrentamientos. En instituciones como la Universidad Wesleyan y la Universidad Estatal Politécnica de California, las autoridades universitarias han optado por mantener un diálogo con los estudiantes e intentar negociar sus demandas. Aunque aún no se han alcanzado acuerdos, las conversaciones continúan.
En la mayoría de los casos, los líderes políticos y académicos han recurrido a la estrategia de etiquetar a los opositores de las políticas sionistas como antisemitas, aunque los manifestantes han rechazado esta acusación. Muchos de ellos incluyen amplios grupos de judíos, así como aliados externos, incluidos rabinos, sobrevivientes del Holocausto, figuras públicas judías como Bernie Sanders y Joseph Stiglitz, y organizaciones como Voces Judías por la Paz.
