Las proyecciones indican que para el año 2050, México se enfrentará a un escenario donde las sequías no solo serán más frecuentes sino también más severas, exacerbadas por el impacto del cambio climático y el aumento exponencial en la demanda de agua debido al crecimiento poblacional y la expansión industrial. Sin medidas de adaptación, el número de estados mexicanos expuestos a un alto estrés hídrico casi se duplicará a 20 (alrededor del 60% de los estados) para el 2050, en comparación con 11 (el 34%) en 2020.
La crisis del agua en México está alcanzando niveles críticos, según revelan estudios científicos recientes. Expertos advierten que esta situación podría afectar severamente a varios estados, incluso antes de 2050.
La creciente crisis hídrica en México ha llevado a que expertos de diversas áreas centren su atención en investigar las causas y las consecuencias a corto, mediano y largo plazo. Los efectos de la intervención humana en la naturaleza, como la contaminación, la deforestación y los desechos tóxicos, están empezando a ser evidentes, exacerbando la situación.
Un estudio realizado por S&P Global Ratings evaluó la situación del agua en varios estados mexicanos, y los resultados son preocupantes. Se estima que al menos 11 estados enfrentarán un estrés hídrico extremo, mientras que otros 6 estados presentan niveles más bajos de esta problemática.
Los estados que podrían mantener suministros de agua hasta el 2050 son Guerrero, Veracruz, Campeche, Chiapas, Oaxaca y Tabasco, debido a sus condiciones naturales favorables. Sin embargo, esto solo será posible si se implementan medidas adecuadas de conservación.
Por otro lado, los estados que podrían quedarse sin agua mucho antes debido a condiciones cálidas y un uso desmedido del recurso son Baja California Sur, Ciudad de México, Baja California, Aguascalientes, Estado de México, Morelos, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Guanajuato y Zacatecas.
Los estados que enfrentan el mayor riesgo ya tienen escasez de agua y podrían experimentar una disminución en el crecimiento económico a medida que aumente la frecuencia e intensidad de las sequía. Es crucial tomar medidas para construir resiliencia frente a la escasez de agua, como invertir en infraestructura hídrica a largo plazo. La situación es un desafío urgente que requiere atención y acción para garantizar un futuro sostenible en cuanto al acceso al agua en México.