Por Joel Álvarez Borrego
Lo que a continuación narraré es con base en los 52 años que dediqué al campo de la educación, en el escrito no hay presunción alguna, solo es una lectura de la realidad que me tocó vivir.
De ninguna manera me considero un buen educador, la educación es un campo donde nunca se termina de aprender y a mi me faltó mucho. Aún así tuve la oportunidad de trabajar en todos los niveles educativos, desde primaria hasta el doctorado, solo me faltó Jardín de niños.
Veamos que encontré y que considero los principales problemas del trabajador de la educación, no hablaré considerando lo absoluto (pues esto no existe) si no lo relativo, es decir, no me refiero a todos si no a ciertos sujetos sociales.
- En el campo de la educación privada la mayor parte de los directivos carecen de una formación en el campo de la docencia. No cuentan con las bases necesarias para poder dirigir al cuerpo profesoral, dedicándose exclusivamente al acto burocrático, dejando de lado todo liderazgo pedagógico.
- Los estudiantes son considerados como clientes, por lo tanto siempre están en primer término dejando sin autoridad al maestro.
- En el campo de la educación pública los puestos directivos no siempre son ocupados por los mejores, sigue existiendo el nepotismo, el compadrazgo o el amiguismo, esto permite que los centros educativos no cuenten, en la mayoría de los casos, con verdaderos líderes pedagógicos que sepan dirigir con fortalezas el proceso enseñanza-aprendizaje.
- Tanto en el campo privado como público se cuenta con alumnos que no han recibido una buena educación en sus hogares convirtiéndose en alumnos groseros, altaneros y ofensivos. Este tipo de estudiantes conocidos como la generación de cristal son protegidos por sus padres de algodón. En variadas ocasiones los educadores son amenazados con ser acusados ante los Derechos humanos e incluso piden su destitución.
- En ambos situaciones, privada y pública, se siguen poniendo en práctica las llamadas pruebas objetivas o pruebas Reyna que invitan al alumno a contestar utilizando la memorización mecánica dejando de lado la memorización comprensiva.
- Por lo regular se dicta la famosa clase, donde el maestro habla y explica considerando que todos los alumnos aprenden de la misma manera y olvidando que ante la presencia de contenidos nuevos siempre se debe buscar un mundo posible de aplicación.
- Todo educador debe estar consiente que debe enfrentar varios desafíos. Uno de ellos es entender la diversidad de necesidades de los estudiantes , ya que cada uno de ellos tiene diferentes estilos de aprendizaje, capacidades y ritmos. Debemos descartar la exposición oral en demasía de parte del profesor para no dar lugar al “ Yo explico, pero, ellos aprenden”. Se debe contar con la capacidad de detectar en cada uno de los estudiantes su estilo de aprendizaje, tales como:
1. Visual: Aprenden mejor con imágenes, diagramas y gráficos.
2. Auditivo: Prefieren escuchar explicaciones y debatir ideas.
3. Kinestésico: Aprenden haciendo, a través de actividades prácticas y movimiento.
4. Lector/Escritor: Prefieren aprender a través de la lectura de textos y escribiendo notas.
- Lidiar con la falta de recursos didácticos es un verdadero obstáculo.
- Un problema súper grande es, a mi juicio, el trabajar con los educandos sin considerar una teoría pedagógica. Se sigue trabajando en muchos de los casos a la antiguita. No se toma en cuenta la postura pedagógica de un Paulo Freire, de un Vygotsky, etc. mucho menos sus métodos.
- El educador vive preso en un laberinto burocrático que le quita tiempo para su quehacer educativo.
- Es obligado por parte de supervisores y directivos a terminar con el programa escolar a como de lugar.
- En cualquier centro educativo que visitemos nos daremos cuenta que cada maestro trabaja de manera distinta y sin detectar estilos de aprendizaje. Son pocos, muy pocos, los centros educativos donde existe esta preocupación, lo que más se da es “ el dejar hacer, dejar pasar”.
Sería muy saludable aprovechar las reuniones de personal docente para efectuar un intercambio de ideas que coadyuven a la mejora educativa donde el directivo sea el líder pedagógico que se requiere. - Padece de un sindicato obsoleto y corrupto.
- Los salarios son de hambre.
Hasta aquí lo dejo pensando que quedaron muchas otras cosas que escribir.