El magnate tecnológico Elon Musk, fundador de Tesla, SpaceX y dueño de la red social X (antes Twitter), está nuevamente en el centro de la polémica. Esta vez, no por sus empresas, sino por una inquietante revelación publicada por el Wall Street Journal (WSJ): Musk estaría buscando formar una “legión de bebés” como parte de un plan personal para enfrentar el colapso demográfico global y prepararse para un futuro apocalíptico.
Musk y el apocalipsis: bebés para la supervivencia
De acuerdo con la investigación periodística, Musk —quien ya tiene al menos 14 hijos con cuatro mujeres— ha manifestado a sus parejas que necesita acelerar el proceso de reproducción. La razón: quiere garantizar la continuidad de la civilización humana ante el inminente “declive poblacional” que, según él, amenaza la existencia misma de la especie.
Entre los mensajes revisados por el WSJ, se encontró una conversación con Ashley St. Clair, una influencer de derecha y madre de uno de sus hijos. En ella, Musk le propone recurrir a madres sustitutas para “alcanzar el nivel de legión antes del apocalipsis”.
Elon Musk y su red de gestantes: redes sociales y NDAs
La investigación revela que Musk ha utilizado su plataforma X para reclutar posibles gestantes, y que muchas de las madres de sus hijos han firmado acuerdos de confidencialidad (NDAs) financiados con su inmensa fortuna, lo que ha permitido que su estrategia de reproducción masiva se mantenga en secreto durante años.
Diversas fuentes —incluyendo mensajes de texto, documentos y testimonios— señalaron al WSJ que Musk considera la natalidad como un deber ético para la élite intelectual, en un intento de “sembrar la Tierra” con descendencia genéticamente privilegiada.
¿Un plan genético con fines espaciales?
Este enfoque no es nuevo para el empresario. Desde hace años, Musk ha insistido en que la expansión multiplanetaria es esencial para la supervivencia humana. En septiembre, volvió a declarar que su proyecto con la NASA y SpaceX busca llevar humanos a Marte, y que esta colonización sería imposible sin una masa crítica de población.
En ese sentido, su obsesión con la fertilidad humana no es una extravagancia aislada, sino parte de una visión tecnocrática del futuro, donde la biología, la ingeniería y la supervivencia convergen bajo el control de unas cuantas manos.