Ciudad de México, 25 de abril de 2025.– A menos de un año de haber iniciado su mandato, la presidenta Claudia Sheinbaum enfrenta uno de los primeros conflictos internos dentro de Morena. La disputa tiene como eje a la secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel Reyes, señalada por diputadas del propio partido guinda por presunto autoritarismo, maltrato y permisividad ante posibles actos de corrupción en los programas sociales.
Las críticas provienen de dos legisladoras de peso: Irma Juan Carlos y Jessica Ramírez Cisneros, quienes en reuniones privadas —cuyos audios fueron filtrados y obtenidos por La Jornada— manifestaron su rechazo a la forma en que Montiel se conduce y la gestión que realiza desde una de las dependencias clave de la 4T.
Acusaciones: “déspota”, “tipa nefasta” y permisiva ante corrupción
En los audios, Irma Juan Carlos recordó el trato recibido durante una comparecencia de Montiel en febrero pasado: “respondió déspotamente (…) Es sano que ya haya un cambio ahí. La corrupción está muy fuerte hasta el último rincón de las comunidades rurales, indígenas”.
A su vez, Jessica Ramírez Cisneros fue más directa: “Es humillante… queremos que nos traten bien, porque nos estamos chingando, trabajando bien duro”. Y calificó a Montiel como una “tipa nefasta”.
Ambas críticas reflejan un malestar profundo que ya había sido adelantado por el senador Luis Fernando Salazar, quien acusó al delegado del Bienestar en Coahuila de promover electoralmente a Cecilia Guadiana rumbo a 2027.
Monreal busca calmar las aguas
El coordinador de los diputados de Morena, Ricardo Monreal, reconoció el descontento al interior de la bancada, pero llamó a actuar con tolerancia e institucionalidad. Aunque admitió las quejas, defendió a Montiel: “Es una mujer que ha luchado mucho en el movimiento”.
Aclaró que no se contempla, por el momento, una solicitud de destitución, y ofreció mediar personalmente para resolver el desencuentro.
Sheinbaum entra al debate y lanza mensaje a su bancada
Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo fue clara en su postura: cerró filas con Ariadna Montiel y rechazó que legisladores busquen manipular programas sociales con fines personales o electorales.
“No está bien que un diputado de algún partido, o en particular del partido político del que provenimos, quiera usufructuar un programa social. Estos son derechos del pueblo de México”, sentenció.
Además, justificó la firmeza de Montiel: “Es muy estricta en que nadie esté agenciándose un programa, porque son derechos del pueblo y por eso están los servidores de la nación”.
Montiel se mantiene en silencio y sigue trabajando
La titular del Bienestar no ha respondido directamente a las acusaciones, pero tras el espaldarazo presidencial subrayó los avances en censos sociales y la continuidad de los programas. Su declaración final pareció evadir toda polémica: “A seguir trabajando”.
Montiel, cercana al expresidente Andrés Manuel López Obrador, ha sido pieza fundamental en la operación de la política social de la 4T. Su rol será clave en los próximos años, pero las tensiones internas evidencian que la unidad en Morena aún requiere trabajo político fino.