Por Edgar Espinoza
“Quiero un lugar donde mis sirvientes no sean mi autoridad”, esa frase lapidaria consignada en cartulinas representa al pseudomovimiento de ultraderecha de FRENAA y sus locuaces líderes al igual que su aparentemente agazapados promotores.
Reflejo de esa esquizofrenia opositora dicen que TODO LO QUE DIGA AMLO ESTA MAL, no importa si él tenga coincidencias en algunos temas, nada le conceden, se estremecen en su furia desbordada.
Todoooo es una cortina de humo, solo ellos tienen la “fórmula” que el país necesita, son bajos y obvios: ¿En serio están usando el hashtag #NosFaltan56mil? ¿Acusar de “comunista” al Presidente cuándo no comprenden ni el concepto? ¿sacarlo en diciembre de este año sin importar la voluntad popular?
Entiendo que se critiquen las decisiones de salud del gobierno, perfecto, pero comparar un crimen de Estado con una pandemia es algo muy patético, incluso para verlo en twitter y Facebook. Siguen sin entender nada. No fue sino cuándo las cifras de muertos llegaron a miles, que los que odian dejaron de decir que las cifras eran falsas.
Rechazaron hasta el duelo nacional por 30 días, critican la elaboración de la Vacuna en México, su rabia se desborda por los apoyos a los adultos mayores, regurgitan su odio contra las becas a los estudiantes y hasta suponen que todos lo males nacionales son culpa de un sólo hombre, pensando exclusivamente en pepenar algún voto.
De la manera como se destapan sus corruptelas hacen mutis aunque sufran por dentro, desconocen a sus próceres y casí ídolos: Salinas, EPN, Calderón y demás cómplices.
Luego se sorprenden del desprecio ciudadano que se ganaron y ganan a pulso todos los días difundiendo en sus fakenews sus ideas clasistas y racistas que Gilberto Lozano y su grupo vociferan alegremente.
Lamentablemente por esta pandemia, en México como en el resto del mundo, seguirá el conteo fúnebre y la crisis económica no va a bajar hasta que superemos esta circunstancia sanitaria con la vacuna. Las características estructurales económicas como de salud de nuestro país nos ponen en una situación por decirlo menos, compleja.
Las diferencias políticas agudizadas no deben ser obstáculo para que los ciudadanos en la nueva normalidad consumamos local, modifiquemos nuestros hábitos alimenticios y nos mantengamos informados por fuentes verificadas.