Habría que comenzar diciendo que no se puede hablar de hacer político, de democracia, incluso de un partido hegemónico en este país, sin hablar del PRI y el priismo, que nació, creció y se transformó siendo un partido estado, un instituto político que sentó las bases en una revolución que traicionó el movimiento puro de revolución en nuestro país y que, sin duda, degeneró toda esa lucha donde los “perfumados”, como se refería el general Villa, salieron triunfadores de la revolución. Para la época temprana del priismo, se comprendió que quien no formara parte de este núcleo ganador de la revolución que asumió el poder y quien lo ejerció con total mano dura no tendría ni siquiera la posibilidad de aspirar. Es por ello que para quienes aún gozan de sus abuelas o abuelos y personas que vivieron hace algunas décadas pueden entrevistarles o revisar en sus viejos documentos su adhesión al Partido Revolucionario Institucional a través de alguna de sus filiales, llámese los viejos sindicatos agremiados donde militaban los trabajadores, los campesinos, los industriales, etc., incluso recuerdo alguna vez de mi niñez, que revisando los documentos viejos de un abuelo como el mío, que venía de trabajar el campo al norte de Sinaloa, encontraría con mucho asombro y molestia un viejo carnet de la CNC (Central Nacional Campesina) con la foto de un viejo comunista como lo fue mi abuelo; rápido fui a reclamarle porqué tenía ese carnet del PRI si él los odiaba, a lo que con asombro me respondió: “ellos son los que controlan todo, yo que siembro tengo que estar afiliado a la CNC si quiero tener apoyo”. Esa conversación me abriría mucho mi cabeza sobre lo que es y fue el priismo.
Volviendo al presente, estamos frente a un punto de quiebre ante la coyuntura de continuidad de la 4T o el retorno al viejo régimen, que regresa recargado con un ingrediente aún más fuerte que el neoliberalismo con la irrupción de quienes fueron y son capaces de vender el país al capital extranjero, sino con el sometimiento, económico y cultural, y la irrupción e intromisión en todos los frentes políticos para asegurar encontrar eco incluso dentro de la Cuarta Transformación.
Nos enfrentamos pues a lo que a título personal llamo neo-priismo, que no es más que la “evolución político-genética” de los personajes que no necesariamente tienen que ser parte del instituto político surgido de los “perfumados” mencionados antes, sino hablamos de la descendencia ideológica, pragmática y sin escrúpulos que ya emanaron a raíz de su última transformación como partido, me explico:
La última gran etapa del priismo, a la cual ellos mismos llamaron “nuevo PRI”, la encabezó un copetudo de apellido Peña Nieto, que para nadie fue sorpresa que solo fue un títere de quienes manejan el priismo, pero que entendieron que debían transmutarse además de introducirse en todos los sectores de la sociedad, pero entiéndase esto no como el sumar voluntades para construir, sino todo lo contrario, inyectaron y proyectaron a sus empleados más brillantes (o voraces) a espacios de poder, de otros partidos, movimientos, sectores empresariales, fundaron “escuelas de liderazgos” y sobre todo, manejaron con el poder económico su irrupción de una manera muy hábil dentro de un grupo vulnerable a quien el estado había desatendido, obviamente de manera premeditada; hablo de jovenes hoy que van desde los 20 hasta los 35 años, teniendo un vacío en lo ético y moral a través del desgaste de las instituciones educativas y ante un proceso de desarrollo emocional donde las familias cada vez más rotas por tener que trabajar más para poder salir adelante pensando que el recurso económico sería solo el necesario para sostener la familia, dejando al estado y solo al estado de encargado de brindarle educación, cosa que aprovecharía el priismo a través de todos sus “líderes”, que no son más que empleados dotados de herramientas para implementar un adiestramiento de sumisión y sometimiento ante los jefes reales dueños del dinero. Con ello, seríamos las y los jóvenes de las últimas tres décadas quienes sufriríamos, salvo claro los “garbanzos de a libra”, como diría mi estimado profe Matus, o bien, quienes tuvimos la fortuna de crecer en hogares disidentes al régimen.
“Los líderes”
Fue pues que el régimen priista encontró en sus escuelas de liderazgo la oportunidad perfecta de crear un ejército de peones capaces de hacer lo que necesitaran (ojo esto puede suceder en cualquier régimen), pero fue en el régimen al que hoy me refiero, que fomentaron y pusieron de moda el término “líder” y lo llevaron a un punto sin retorno donde hoy líder no solo es alguien a quien siguen, sino simplemente es un producto más que sale a la venta para que lo adquieran, sigan y promocionen dejando una ganancia al dueño del producto, qué cosa más bella es el capitalismo neoliberal, y en voz de un buen “líder joven priista” que tuvo a bien platicar conmigo, “pues yo también quiero un líder así, si me van a pagar y voy a viajar todo eso, yo hago lo que me pidan”, qué triste es perder las voluntades y los procesos formativos para un bien común.
Hoy, ante el escenario de la coyuntura electoral del 2024, no solo atravesaremos una primera prueba de fuego para la 4T, sino atravesaremos una verdadera prueba ante el embate de la epidemia de líderes que arriben a querer sembrar el gen neo priista, ese del que no necesariamente hoy se tiene que ser militante, pero que sin duda es tan dañino que es capaz de destruir la transformación que deseamos ver.
Hoy los líderes priistas institucionales se vanaglorian de que se vayan de su partido quienes sentaron las bases de sus derrotas, pero no lo hacen por estar contentos de que se vayan, más cuando son capital político, por el contrario, están más contentos porque son especialistas en perder elecciones. Mucho ojo.
En Sinaloa han decidido sumarse a la 4T o bien a respaldar a quien lleva el bastón de mando, ahora connotados neo priistas, que ya mostraron que les gusta estar arriba, y que no les gustó estar estos últimos años abajo, veremos cómo se van insertando al movimiento y a la transformación, lo que queda claro es que son especialistas en mimetizarse y más luego que pronto buscarán llenar de “líderes” al movimiento.
Nestor