Aforismos. Morena, Cuauhtémoc y Teuchitlán

Profe Cruz Gonzaléz

1-Morena en los hechos no ha mostrado diferencias sustanciales con el resto de los partidos, el discurso de la Transformación duró muy poco, la realidad les restregó en la cara el ambiente tétrico que se vive en el país, y la falta de soluciones a los problemas fundamentales.

2-el caso Cuauhtémoc Blanco rompe el discurso oficial de la horizontalidad, la igualdad de género, los derechos de la mujer, la democracia participativa y cualquier rollito a modo y moda que “refresque” el régimen de alianzas entre el partido Estado y el crimen organizado. Fueron las legisladoras de Morena, quienes los “ilustrados” llamaron en su momento las adelitas, quienes defendieron al Cuauh contra las denuncias en su contra por acoso hacia otra mujer; las mujeres emprendedoras, empoderadas, las adelitas de la 4T, lo anterior refuerza la idea del falso feminismo, la falsa inclusión y la equidad de género, arriba no cambia nada, todo sigue igual; se defiende a los criminales y se criminaliza a quienes exigen justicia.

3-violencia, indolencia e impunidad estructural resumen Alfredo Figueroa en el programa de Carmen Aristegui ante lo sucedido en Jalisco, las buscadoras han dado a conocer a México y el mundo este infierno; pregunta con angustia y preocupación, ¿de quién es este país, a quién le pertenece? Yo agregaría, ¿les importa la vida?

4-Estado ausente llaman los que saben de estos temas a la falta empatía y búsqueda de solución al infierno que se vive en regiones conocidas del país, pero también donde no se conoce. Estado ausente, coludido con el narco para hacer de la muerte una industria, el negocio, ni los inquisidores medievales llegaron a tanto, el infierno nos ha alcanzado.

5-el debate se ha puesto sobre la mesa sobre lo sucedido en Teuchitlán, Jalisco; los intelectuales afines al poder con su aire de cientificidad y sus detractores, una suerte de chapuceros de la televisión abierta y la industria del espectáculo, desde los escenarios del morbo intentan hacer lo que no pueden los partidos políticos, contrapeso, sin dejar de ser bochornoso tales balbuceos. La cuestión va más allá de ambas posiciones, patéticas, por cierto; Zepeda Patterson se pregunta ¿campo de exterminio o de entretenimiento?, dejando la definición a los resultados de la investigación; Maciek Wisniewski señala que son figuras retóricas que usan a diario para orientarnos ante los acontecimientos. Ambos apuntan a las “promesas de transparencias en la investigación”, saber realmente lo que sucedió, queda la zozobra, el negativo antecedente sobre la verdad histórica en el caso de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, que, en el caso de Teuchitlán, pueda repetirse el resultado, la construcción de una versión política desde el Estado, al margen de las investigaciones.

6-la indolencia que produce la banda presidencial en similar tanto en hombres como en mujeres, le pasó a Amlo para recibir a las madres de las y los desaparecidos, vituperaba a los padres y madres de Ayotzinapa de manipulados, es decir, en lugar de llegar a la verdad científica como era el reclamo general terminó por legitimar la verdad Histórica del pasado, ese que siempre intentó deslindarse y del que forma parte. Claudia, la presidenta, va por el mismo camino, “la ausencia de disposición” ante lo sucedido en el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, la está llevando a repetir los pasos de su antecesor en los temas vitales del país, no es la estabilidad de la moneda o si Trump pospone otro mes la imposición de aranceles, que luego se festeja con la fuerza del Estado en el zócalo como la defensa de la patria y su soberanía, restándole importancia a la conservación de la vida de los ciudadanos que gobierna; la vida y no la muerte es lo fundamental, de ahí la pobreza de la narrativa sobre el humanismo mexicano, no hay humanismo si no se pone en el centro de la discusión la conservación de la vida, los casos de Ayotzinapa y Teuchitlán son expresiones de las omisiones del Estado, y desde luego su complicidad; pareciera que la mascarada del modernismo es ya no asumir a cuesta la represión y muertes como Atenco y Acteal, mandar al frente a hacer el trabajo sucio a la delincuencia organizada, lo que no deslinda de su responsabilidad al Estado en estos hechos.

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