La sequía que azota a Sinaloa se ha convertido en un motivo de preocupación tanto a nivel económico como social. Consecuencias palpables como la disminución del suministro de agua en presas y la afectación directa a los cultivos, señalan un escenario crítico que requiere atención urgente por parte de las autoridades y la sociedad en general.
Según un análisis realizado por HR Ratings, la sequía que afecta a México se ha intensificado significativamente en los últimos años, manifestándose en un aumento alarmante de municipios que enfrentan niveles críticos de escasez hídrica. En la primera quincena de marzo de 2024, 163 municipios de México se encontraron en una situación de sequía extraordinaria y este 2024 se espera que los efectos de la sequía en Sinaloa se sientan en los 20 municipios, pero será en 11 donde haya efectos devastadores sobre 500 comunidades, marcando un contraste preocupante con respecto al mismo periodo en 2016, cuando ningún municipio enfrentaba este nivel de sequía.
La falta de agua no solo amenaza la operación de las empresas, sino que también impacta de manera directa en el sector agropecuario, generando riesgos en la seguridad alimentaria y reduciendo el acceso de la población a este recurso vital. De acuerdo con datos de HR Ratings, el sector agropecuario es el principal consumidor de agua en el país, absorbiendo el 76% del suministro disponible, seguido por el abastecimiento público con el 14%. Este desequilibrio pone de manifiesto la urgencia de implementar medidas que promuevan la eficiencia en el uso del agua y garanticen un acceso equitativo a este recurso básico.
El impacto económico de la sequía se agudiza en estados como Sinaloa, donde la agricultura es una parte fundamental de su economía. La disminución del suministro de agua en las presas sinaloenses amenaza con afectar gravemente la producción agrícola, lo cual tendría repercusiones en toda la cadena alimentaria y en la estabilidad económica de la región. Sergio Rojas Velarde, presidente de Canacintra Mazatlán, advierte sobre la crítica situación en las presas de Sinaloa y la necesidad de tecnificar el riego de los cultivos para evitar el desperdicio de agua.
El panorama se agrava considerando la proyección de crecimiento poblacional en México, la cual se estima en un aumento del 6.2% para el año 2030 según el Banco Mundial. Este incremento exacerbará aún más la presión sobre los recursos hídricos, agravando el estrés hídrico ya existente. Además, el cambio climático intensifica el problema, alterando los patrones de precipitación y generando condiciones climáticas más extremas, como sequías prolongadas e inundaciones devastadoras.
Ante esta situación, es imperativo que tanto el gobierno como el sector privado tomen medidas urgentes para enfrentar la crisis hídrica en Sinaloa y en todo el país. Esto incluye la inversión en infraestructura hídrica, la implementación de prácticas de conservación del agua, el fomento de tecnologías de riego eficientes y el desarrollo de políticas que promuevan una gestión sostenible de los recursos hídricos. De lo contrario, el futuro de Sinaloa y de México estará marcado por la escasez, la inseguridad alimentaria y la desestabilización económica, con consecuencias devastadoras para las generaciones presentes y futuras.
Informe de CONAGUA de Sinaloa
De acuerdo al Director Técnico del Organismo de Cuenca Pacífico Norte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Ramón Alberto López Flores, la situación es:
1. Estadísticas de precipitación: Durante el periodo de enero a diciembre de 2023, Sinaloa experimentó una precipitación acumulada promedio de 623.0 mm, lo que representa un déficit del 11.7% en comparación con el promedio histórico de 705.5 mm (1962-2022). Además, el nivel de agua en las presas alcanzó un nivel crítico, llegando a estar un 45% por debajo del almacenamiento normal, marcando así el punto más bajo en 28 años. En enero y febrero de 2024, la precipitación promedio fue de solo 10.6 mm, lo que equivale a un 64% menos que el promedio histórico para el mismo período (1962-2023).
2. Monitor de sequía: El monitor de sequía al 15 de febrero de 2024 indica que Sinaloa enfrenta una situación crítica, con el 100% de su superficie afectada en algún grado. La sequía se clasifica como moderada en el 5.1%, severa en el 53.7%, extrema en el 29.4%, y excepcional en el 11.8% de la superficie. Por municipios, se destacan:
- Sequía severa (D2) en Navolato y Elota.
- Sequía extrema (D3) en 12 municipios, incluyendo Ahome, Angostura, Badiraguato, Concordia, Cosalá, Culiacán, Escuinapa, Guasave, Salvador Alvarado, Mocorito, Mazatlán y Rosario.
- Sequía excepcional (D4) en Choix, El Fuerte, San Ignacio y Sinaloa.
Desafíos Futuros y Necesidad de Acción
A medida que la sequía persiste y los efectos adversos se intensifican, es crucial fomentar la colaboración entre los diferentes actores, incluidos los agricultores, las empresas, la sociedad civil y la academia, para desarrollar soluciones integrales y adaptativas que aborden los desafíos económicos, sociales y ambientales derivados de la sequía. Solo a través de un enfoque coordinado y sostenido se podrá garantizar un futuro próspero y sostenible para Sinaloa y sus habitantes.
Se requiere más inversión y mejor gobernanza, las claves contra la escasez de recursos hídricos; son necesarias inversiones en toda la gestión del ciclo del agua y seguir haciéndolo en las tecnologías más avanzadas que permitan incluso eliminar los contaminantes emergentes. Además se siguen requiriendo instalaciones de captación, como la instalación y mantenimiento de presas. No hay una solución única, pero una combinación de estrategias y de inversiones pueden ayudar a una mejor gestión.
