Culiacán, Sinaloa.- La bahía de Altata, golpeada fuertemente en su economía por la violencia que azota a Sinaloa, intenta reactivarse a través del turismo, llamando a la unidad de la comunidad. Con el respaldo de los habitantes de Culiacán y Navolato, quienes habitualmente impulsan la vida turística de la zona con sus visitas, el destino busca superar la crisis actual que ha afectado a negocios de gastronomía, servicios y comercio.
Desde el pasado 9 de septiembre, cuando comenzó un periodo de inseguridad relacionado con enfrentamientos dentro del cártel de Sinaloa, la actividad turística en Altata ha sufrido un descenso drástico. Las ventas de los establecimientos han llegado a mínimos de hasta 400 pesos semanales, lo cual dificulta cubrir incluso los costos de servicios básicos.
Frente a esta situación, figuras como el chef y activista Miguel Taniyama y el director de Construyendo Paz, Javier Llaudas, junto con restauranteros locales, han lanzado una convocatoria para que la comunidad visite Altata durante los fines de semana. La iniciativa, denominada “Caravana Rescatemos Altata,” invita a la sociedad civil a participar en una jornada especial de visitas programada para el 9 y 10 de noviembre, bajo el resguardo de fuerzas de seguridad estatales y municipales.
La caravana es una muestra de solidaridad y apoyo hacia las familias de pequeños empresarios y emprendedores del sector turístico, quienes enfrentan el cierre de sus negocios y la amenaza a sus empleos. Con este esfuerzo colectivo, buscan restaurar la normalidad en Altata y reclamar los espacios de paz, unidad y legalidad que son propios de la comunidad.
Regresar a Altata no solo es una oportunidad de reactivación económica, sino también un símbolo de resiliencia y determinación de los ciudadanos para mantener sus espacios de encuentro en seguridad y armonía.