Carta de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo a la dirigencia y militantes de Morena
Queridas compañeras y compañeros:
Hace algunos meses, en el último congreso de Morena, el 22 de septiembre de 2024, decidí tomar licencia de nuestro partido, pues a partir del 1 de octubre iniciaría mi función como presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Mi intervención en dicho Congreso versó sobre la historia de nuestro Movimiento y lo que, desde mi perspectiva, son nuestros principios y nuestras causas.
Considero importante, aun cuando pedí licencia, recordar aquel discurso y hacer algunas modestas sugerencias a la dirigencia de Morena, por el bien de nuestro país, nuestro pueblo y de nuestro Movimiento.
Nunca hay que olvidar que nuestro Movimiento se formó a lo largo de decenas de años, conjuntando a cientos de miles de mexicanas y mexicanos que veníamos de diferentes luchas: estudiantiles, obreras, campesinas, contra la represión, por la democracia, contra la corrupción, contra el neoliberalismo.
Personas de diversos orígenes, de diferentes sectores sociales, fuimos construyendo una gran alianza que logró ganar la presidencia de la república en el 2018, después de fraudes electorales, represión y con prácticamente todos los medios de comunicación en contra. No fue fácil, fue un camino largo.
Distintas generaciones convivimos y seguimos a un hombre que, como los grandes de nuestra historia, nos enseñó a no rendirnos, a no claudicar en la defensa de nuestro pueblo y nuestra Nación. Andrés Manuel López Obrador demostró ser un verdadero líder social y político con principios, pensamiento, acción, convicción y visión.
En su camino, se ganó el corazón del pueblo y lo conservó y conservará siempre, pues no solo no traicionó nunca su confianza, sino que cumplió como dirigente y cumplió con creces como presidente. Además, en el proceso supo recuperar la memoria histórica, empoderar y restablecer la dignidad de nuestro pueblo y de nuestra patria.
Recordemos todas y todos, que Morena, nuestro partido, fue concebido en un momento histórico muy especial. Iban a desarrollarse las elecciones del 2012 y Andrés Manuel López Obrador tuvo la visión de que era necesaria una nueva organización política, así, en el 2011, Morena se constituyó como asociación civil e inició su etapa de construcción como partido político con registro en noviembre de 2012, después de una consulta en todo el país de quienes habíamos estado cerca de nuestro movimiento.
Mientras se hacían acuerdos de cúpulas en contra del pueblo y de la Nación, algunos decidimos caminar en la construcción de una nueva organización política. El objetivo siempre fue transformar a México por la vía pacífica y electoral para dejar atrás el modelo de corrupción y privilegios y construir el bienestar y la felicidad de nuestro pueblo.
Con razones y argumentos, tocando puerta por puerta, hablando con millones de personas, repartiendo el periódico Regeneración, haciendo asambleas en el territorio, fuimos conformando el Movimiento de Regeneración Nacional.
En 2014 se obtuvo el registro. En 2015 fue la primera elección en la que participamos, hace tan solo 10 años, y obtuvimos el 9% de la votación nacional.
Tres años después, convenciendo a millones de mexicanas y mexicanos a unirse al movimiento, se conquistó la presidencia de la República. Poco más de seis años después, podemos decir con certeza que la Cuarta Transformación es una realidad. Nuestro país es más justo, libre, democrático y soberano de lo que era antes del 2018.
Se demostró que es posible un nuevo modelo de desarrollo. Se probó que cuando hay honestidad y la economía se riega desde abajo, hay resultados. En este proceso, el pueblo de México reconoció la fuerza de su unidad, de su historia y de su dignidad y hoy está más consciente y empoderado que nunca.
El 2 de junio de 2024 el pueblo de México se expresó libremente en las urnas y tomó nuevamente una decisión histórica: la de continuar con la Cuarta Transformación de la vida pública y elegir, por primera vez en 200 años de República, a una mujer como presidenta de México.
Obtuvimos casi el 60% de la votación y la mayoría calificada en las cámaras de diputados y senadores. Morena y nuestros aliados, nuestro movimiento, ha ganado 23 gubernaturas y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y la mayoría de los congresos locales.
En estos meses, hemos mantenido nuestro rumbo, hay honradez y responsabilidad en el manejo de los recursos públicos, se mantienen y aumentan los programas de bienestar que apoyan a más de 30 millones de familias.
Se fortalece el acceso a la salud, la educación pública. Inició la edificación de un millón de viviendas como derecho social, ya comenzó la construcción de los trenes hacia el norte, mientras continúan los del sur del país. Se fortalece la construcción de carreteras y obras de agua potable; se recupera aún más a CFE y Pemex como empresas públicas. Aumentó nuevamente el salario mínimo tres veces por encima de la inflación. Los pueblos y comunidades indígenas y afrodescendientes fueron reconocidos como sujetos de derecho y reciben por primera vez un presupuesto que ejercen de manera directa. El empleo formal sigue creciendo, hay estabilidad macroeconómica y se defiende la soberanía con dignidad y compromiso. Este primero de junio se llevará a cabo una elección histórica. Por primera vez elegiremos al Poder Judicial.
Recordemos siempre que el reconocimiento de nuestro gobierno es porque el pueblo sabe que estamos cerca y que nunca vamos a traicionar. Que ejercemos el poder con humildad y que consideramos el recurso público sagrado. Informamos todos los días y recorremos el país con cercanía y pasión.
Por ello, nunca debemos olvidar nuestro pasado. Ahí está siempre la enseñanza. No nos equivoquemos. El dinero y el poder no es el éxito de una persona, sino lo es su legado en la lucha por los derechos del pueblo de México, la democracia, las libertades y la patria. Nuestro legado está en el ejemplo que podamos dejarle a nuestros hijos e hijas.
Por todo ello, me permito recordar los puntos que presenté en aquel congreso y sugiero que sean considerados por todas y todos, como principios ético-políticos de nuestro movimiento:
1. El valor de la unidad…
2. Todos los militantes de Morena deben conducirse con honestidad, humildad y sencillez…
3. Las y los legisladores no deben andar en congresos internacionales…
4. Que nunca se permita el amiguismo, el influyentismo y nepotismo…
5. No a un partido de Estado…
6. Mantengan fuerte y sólido el instituto de formación política…
7. Morena es partido y movimiento…
8. Los gobiernos emanados de Morena deben garantizar la austeridad republicana…
9. No puede haber colusión con la delincuencia, ni organizada ni de cuello blanco…
10. Garanticen que los candidatos y candidatas sean decididos por el pueblo…
Para la participación en la elección del 2027, es importante que haya reglas claras. Sugiero que el Comité Ejecutivo de Morena las proponga al Consejo en enero de 2026, cumpliendo con las leyes electorales. Recordemos que la mejor campaña es la de ras de tierra, la que se hace casa por casa, la que convence, no la que usa más recursos económicos, sino la más cercana al pueblo.
Para la definición de las y los coordinadores de la transformación en estados y municipios considero importante que no se permita el uso de anuncios espectaculares, la promoción de servicios privados, las campañas de odio en contra de otros participantes en las encuestas y evidentemente el uso de recursos públicos. Casa por casa, volantes, trípticos, carteles, deben ser siempre nuestra forma de comunicación.
¿Qué nos distingue a nosotros? ¿Qué somos? Humanistas que amamos nuestra patria y tenemos un profundo amor al pueblo de México y a nuestra historia.
Nos indigna la discriminación, el clasismo, el racismo y el machismo, la desigualdad y la pobreza y lucharemos hasta el último día de nuestras vidas porque las y los mexicanos puedan comer tres veces al día comida saludable, puedan tener acceso a la educación, a la salud, al vestido y a la vivienda.
Lucharemos por la defensa de México y las y los mexicanos. No creemos en el consumismo ni el poder del dinero, ni en la avaricia y no, no nos arrodillamos frente al poderoso. Creemos en un México de libertades, de justicia, un México soberano, de democracia verdadera donde el que mande siempre sea el pueblo de México.
Recordemos que el compromiso con el pueblo y la historia es grande e implica darlo todo.
No podemos olvidar de dónde venimos, de lo contrario olvidaremos a donde vamos. No es llegar al poder por llegar, no es la ambición personal lo que debe guiarnos, sino el bienestar del pueblo.
Recordemos siempre que el fin nunca justifica los medios, pues si en el camino se pierden los principios, será difícil recuperarlos. Interioricemos que en las formas de hacer política debe distinguirse nuestra honestidad.
Pensemos siempre que el poder es humildad. Esos fundamentos son lo que nos han permitido reconstruir nuestro país y sacarlo adelante después de la larga noche del neoliberalismo.
No nos confiemos. Es mucho lo que está en juego, el presente y el futuro de nuestra nación.
Con el pueblo todo, sin el pueblo nada.
Claudia Sheinbaum Pardo