Si tienes pensado pasar tus vacaciones de Semana Santa en Sinaloa, pero no quieres precisamente ir a la playa, los centros ceremoniales del norte del estado ofrecen una riqueza de festividades y costumbres más representativas de la región.
En esta temporada, los centros ceremoniales están en su máximo esplendor, además de las danzas de los judíos, las personas disfrutan de música, antojitos tradicionales y <<wakabaki>>, además que se tiene a la venta artesanías como máscaras, tambores, morrales, sonajas, tenábaris y cabezas de venado, elaboradas por artesanos locales.
La llegada de la Semana Santa trae consigo la celebración para los Yoremes, una expresión ferviente de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, que involucra a niños, jóvenes y adultos.
Este sincretismo, que caracteriza y define la identidad del estado de Sinaloa, fusiona el folclore cahita con la conmemoración de la Pasión de Cristo, como resultado del encuentro entre la cultura indígena americana y el dogma católico europeo.
Durante la temporada de Semana Santa, las comunidades mayo-yoremes del norte de Sinaloa se visten con mantas bordadas con motivos religiosos y usan máscaras artesanales de madera tallada o cuero, mientras recorren los pueblos marcando el compás con tenábaris y danzando al ritmo de la flauta de carrizo y el tambor de doble parche. Los “Contis” se convierten en símbolos de devoción y participación comunitaria.
Estos rituales son un poderoso testimonio de la cultura Yoreme, que preserva sus tradiciones ancestrales durante la Semana Santa. Sinaloa alberga 28 centros ceremoniales dispersos en los municipios de Ahome, El Fuerte, Choix, Guasave, Sinaloa Municipio y Angostura.
San Miguel Zapotitlán, en el municipio de Ahome, se erige como el epicentro de estas festividades tradicionales indígenas. Durante esta época, el turismo local, nacional y extranjero converge para sumergirse en estas celebraciones, generando una importante derrama económica que beneficia a diversos sectores, incluido el comercio local.
Días Santos
Los días santos se celebran con solemnidad y devoción. El Miércoles de Tinieblas evoca la búsqueda y apresamiento de Jesús por parte de los judíos. El Jueves Santo conmemora su sentencia, seguido por el Viernes Santo, cuando se representa la muerte de Cristo y se realiza la quema de castillos como símbolo de su triunfo.
La Resurrección de Cristo, celebrada el Sábado de Gloria, culmina con la quema de máscaras, simbolizando la destrucción de la maldad. Finalmente, el Domingo de Pascua se lleva a cabo la “Corrida de Santos”, recordando la salida de Jesús del sepulcro y su renacimiento.
Gastronomía Ceremonial: Wakabaki
La palabra yoreme guacavaqui designa al cocido de vaca (waakas, vaca; baki, caldo), en otras palabras, un caldo que se deja hervir por mucho tiempo haciendo que se concentren los sabores de sus ingredientes, mismos que pueden cambiar por la región en la que se prepare; no obstante, los ingredientes básicos son carne, garbanzos, elote, calabaza y ejotes, todos, productos de la tierra que se comen y honrar en las fiestas yoreme.
Precisamente, al tratarse de un “platillo de fiesta”, no es común encontrarlo todo el año; si acaso en los hogares se prepara sin una razón específica, pero las fondas y los restaurantes se reservan su preparación para fiestas específicas como Día de los muertos (en el caso de los yaquis), en novenarios, bodas, bautizos y Semana Santa. En la medida en que se extienden las fiestas, conviene tener siempre una fuente de alimentación para los invitados.