Un análisis reciente realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) arroja luz sobre la dinámica empresarial en México, revelando que casi el 95% de los 50 consorcios más influyentes del país están bajo el control de clanes familiares. Estas poderosas familias no solo dominan los sectores económicos clave, sino que también representan aproximadamente el 80% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, según los datos proporcionados por el organismo.
El informe destaca la persistencia del dominio de estas dinastías empresariales a lo largo de generaciones, subrayando la profundidad de su influencia en la economía mexicana. Sin embargo, este predominio plantea preguntas críticas sobre la equidad en el mercado y la competencia empresarial, así como desafíos en términos de transparencia y gobernanza corporativa.
La concentración del poder económico en manos de unos pocos clanes familiares destaca la necesidad de medidas que promuevan la diversificación y la inclusión en el panorama empresarial mexicano. Este análisis subraya la importancia de abordar las cuestiones relacionadas con la concentración del poder económico para fomentar un entorno empresarial más equitativo y dinámico en México.