Profe. José Manuel Arredondo + Epd
Leí con mucho gusto tu ensayo: “El oficio del historiador”. Te conocí en la Normal y fuiste, tal vez en muchas generaciones, un verdadero “garbanzo de a libra”. No quiero ser lisonjero hacia tu persona, pero reconozco que después y tal vez antes del “guacho” Felix, no ha habido joven, tan provisto de una actitud crítica frente a su entorno, con una capacidad de búsqueda. Insisto no quiero parecer un bizarro halagador.
Por ello no se sorprende tu nivel de análisis y desde donde lo extrapolas. Desde aquel periódico que editaban en la ENS, nadie ha osado escribir ni media cuartilla haciendo crítica literaria o política sobre lo educativo y social.
Comparto mucho de los que dices, otras no tanto, me parece que hay necesidad de profundizar en teóricos (neo marxistas y no marxistas), como Pierre Bourdieu y el mismo Antonio Gramsci entre muchos más. Ello te lo digo con el mayor respeto, pues el análisis que realizas es muy bueno.
Pero vamos al grano del asunto de historiar. Aun cuando la sociología es una ciencia nueva con relación a la historia, ésta (la sociología), tiene más herramientas metodológicas para explicar la esencia de las prácticas sociales derivadas, no sólo de la división de clases sociales y el sojuzgamiento de unas por otras, sino de los contextos socioculturales; véase marxistamente (superestructura), que enajena al propio productor de su producto. La correlación estructura- superestructura suele ser no tan lineal, es decir, los ambientes desde la “extraña levedad del ser” (Kundera), convierten al explotado en un ser que no tiene conciencia de su ser, que su pasaje terrenal es un mero paseo del Placer (Freud). Más vale un día de riqueza, que una vida de perro (película mexicana: “el mundo maravilloso”).
Tienes razón cuando enuncias a Balzac, la acumulación originaria de capital, sea variable o fija, deviene de la única fuerza capaz de crear riqueza: el trabajo del esclavo, artesano, siervo/campesino u obrero según sea el caso o el modo de producción. La apropiación de este trabajo es un hurto o rapiña de quien explota. Solo en socialismo planteado por Marx, supone una distribución equitativa de la riqueza producida por el esfuerzo laboral realizado. Una producción individual y social; una distribución social.
Volviendo a la historia, esta ciencia ha tenido su evolución y no podemos pedirle a Heródoto que cambie su visión, ni tampoco a la “Escuela de los Anales”. Lo que si podemos hacer es, como tú lo haces, partir de bases científicas hermenéuticas que validen los análisis, para exponerlas en el crisol de la relativa objetividad y de frente a rigurosas contrastaciones con la praxis.
El oficio de historiar tiene vertientes, una de ellas es la de cronista. Para poder mantenerse en una sociedad desigual y autoritaria, éste personaje tiene que hacer concesiones con el poder y consigo mismo. Cierto que la distancia entre el objeto y el sujeto de estudio es básico para la validez de la interpretación, la realidad objetiva es necia: ciertamente, esta ciencia es peligrosa frente a poder establecido; (Bourdieu), (refiriéndose a la sociología), pudiéramos pedírsela prestada para la historia. Con lo anterior no estoy, de ninguna manera justificando alinearse a las fuerzas político-religiosas- económicas, no, pero hay una fuerte limitación al trabajo honesto de la crónica, como señalas sobre el Dr Macías, el mismo tenía una ideología conservadora y desde ahí hacia crónica para clase alta, colocando cortinas que velaban las verdaderas razones del poderío económico y político de Natividad Toledo, y me imagino de muchos más de su estatura explotadora. En términos gramscianos, el Dr, solo era un intelectual orgánico.
El cronista, como muchos periodistas, imprime la interpretación de la “realidad”, presentada desde su urdimbre de significados e intereses (Gertz), de la misma manera que tú y yo (desde otra perspectiva), imprimimos nuestra hermenéutica. Nosotros decimos que aportamos más elementos de rigor para esa interpretación, pero seguimos siendo animales subjetivos que entendemos desde la inter e intrasubjetividad (Vigotsky- Werscht), una manera distinta.
Es importante el análisis escuinapense que haces, toda vez que develas que a pesar de las “historias de bronce”, como la narrada por el Dr, la realidad del pueblo después de más de un siglo, sigue postrada en la miseria y explotación, de la que hasta sus feligreses son cómplices por ignorancia, o comodidad. Esta es una realidad cultural que no se puede ocultar ni aun aplicándole el materialismo histórico.
Otro camino del historiador es la historiografía. La recuperación de fuentes para describirlas con supuesta objetividad. La cercanía con la verdad sigue siendo una apuesta a la propia formación bioética del historiador. De ahí que tu propuesta de análisis es muy buena; partir de una praxis (aunque no lo dices tal cual), que haga de la interpretación una congruencia entre lo que se dice y hace, entre lo encontrado, explicado y porque no, denunciado ante el lente de quienes pueden estar más ciegos que nosotros, (la soberbia es mía).
La tercera vertiente que observo dentro del estudio histórico es la interdisciplinar, es decir la conexión entre las ciencias sociales para el aporte más profundo de los condicionamientos que hacen que haya procesos de cambio o ruptura en las sociedades. El aporte de la sociología, la psicología social, la etnografía, la economía, entre otras, es indispensable para el cruce de elementos que validen la interpretación de hechos. La prospectiva histórica no existe. Aun con los datos en la mano de lo que ha sucedido, difícilmente podremos predecir lo que sucederá. Solo serán aproximaciones.
El oficio de historiar, estimado colega y amigo, es un complejo dominio de teorías científicas bajadas a contextos específicos.
El oficio de enseñar historia atraviesa por el pensamiento crítico si no, seguirán siglos de simulación y dominación, donde el mayor enemigo es la ignorancia, la escasez de conciencia histórica y por lo tanto congruencia. ¡En esa tesitura nos inscribimos!
¡HASTA SIEMPRE!
Culiacán, 20 de noviembre[1] del 2018
[1] P.d. a propósito de una historia simulada, el 20 de noviembre y sus desfiles, donde literalmente el pueblo “marcha”
1 Comment
Interesante texto, que igual tiene muchas aristas para la discusión crítica. El Dr. Arredondo (QEPD)sin duda, fiel a su estilo, intenta aportar algo al oficio de historiador; tema que ha sido abordado magistralmente, como por ejemplo el Dr. Enrique Flores cano, entre otros.
En su texto se nota su postura teórico/ideológica, más esta última. La cual, nos genera ciertas cegueras intelectuales, de las cuales NADIE ha podido escapar. Ni los grandes científicos, ni los grandes filósofos de la ciencia. Celebro estás hermosas notas en memoria del Dr. Arredondo.