Prensa carroñera
Lamentable es el caso de quienes aprovechan la libertad de expresión para convertirse en gatilleros de grupos políticos o de intereses monetarios. El presidente Andrés Manuel López Obrador denominó “prensa carroñera” a aquellos medios cuya labor no es informar, sino golpear al gobierno de la Cuarta Transformación con mentiras, verdades a medias o notas sesgadas.
Dentro de ese grupo de pseudo medios existen los peores: los llamados “chayoteros”, aquellos que piden dinero para no atacar o que cobran por encargo para destruir a alguien. En Sinaloa, la prensa crítica de la 4T tiene distintos matices. Hay medios que están en contra del movimiento por un tema de poder o por línea editorial, como el caso del Noroeste, postura que es respetable. Pero también existen los mercenarios del periodismo, muchos de los cuales nacieron bajo el amparo del PRI para golpear a la oposición en su momento. Ahora, en tiempos de la 4T, han perdido su espacio y su entreda de dínero, sobre todo en los gobiernos que realmente siguen los principios de la transformación.
Un ejemplo del actuar de la prensa carroñera es la campaña que ha hecho un pseudo medio en contra del gobierno de la Dra. Cecilia Ramírez en Guasave, una de las pocas morenistas de cepa que sigue fielmente los postulados de la Cuarta Transformación. Su administración se ha caracterizado por acciones concretas, como la instauración de un gobierno paritario en los puestos de primer nivel y el aumento de salarios para garantizar que ningún trabajador municipal gane menos del salario mínimo, beneficiando a 600 empleados, por dar dos ejemplos. Ante la embestida de los resabios del antiguo régimen del PRIAN, la doctora debe de resistir como lo hizo AMLO. No sea como algunos “supuestos” presidentes de la 4T que traicionan a sus principios.
Desaparecidos y prensa carroñera
Hablando de prensa carroñera, el último ataque de la prensa y los grupos de poder contra la presidenta Claudia Sheinbaum gira en torno a la crisis de los desaparecidos en México. El caso de Teuchitlán se ha convertido en una bandera usada por la derecha para atacar al gobierno de la 4T. No se puede negar que la desaparición de personas es una tragedia nacional y que ni Andrés Manuel López Obrador ni Claudia Sheinbaum han logrado erradicar este problema. Sin embargo, lo que sí es cierto es que no han sido indiferentes como sus antecesores.
Fue en los gobiernos de la 4T donde se votaron la mayoría de las leyes contra la desaparición forzada en los estados, las leyes de atención a víctimas del delito y las leyes de desplazamiento forzado interno, todas ellas relacionadas con el tema. Antes de dejar la presidencia, Andrés Manuel ordenó un censo que identificó a 15,158 personas reportadas como desaparecidas pero que en realidad ya habían sido localizadas, aunque no eliminadas del sistema.
El ex subsecretario, Alejandro Encinas, comenzó a incentivar la construcción de los Centro de Resguardo e Identificación Forense, con equipamiento de identificación génetica, uno de ellos construido en Culiacán, además de los panteones forenses tres de las cuales se construirán en Sinaloa.
Recientemente, la Fiscalía del Estado de Sinaloa identificó a 191 personas a través de sus huellas dactilares en el INE. Al publicarse en redes sociales, la mayoría de ellas fueron reconocidas por sus familias.
Estos son algunos ejemplos de lo que se hace en matería de desaparición.
La presidenta Sheinbaum ha calificado estos ataques como una “campaña sucia, negra e hipócrita” y ha anunciado que esta semana abordará el tema en su conferencia matutina.
La oposición y sus aliados en los medios continuará apostando por el desgaste mediático de la 4T construyendo una narrativas que buscan confundir a la opinión pública, la mejor manera de enfrentarlo es apoyar a la víctimas de esta tragedía nacional.
En la tragedia de Teuchitlán, Jalisco, que según operó durante por lo menos más de una decada donde estuvieron gobernadores del PAN, PRI y MC, y la prensa ni dice nada, ni lo dijeron antes.
