Inician en abril las declaraciones anuales de impuestos para personas físicas y morales, un verdadero dolor de cabeza para millones de mexicanos. Profesores, trabajadores de la salud, burócratas y empleados en general, con ingresos apenas suficientes para vivir modestamente, durante todo el año se esmeraron en facturar todo lo deducible: las idas al médico, los tickets de farmacia, las colegiaturas de sus hijos (si es que los tienen) y los pagos al FOVISSSTE o INFONAVIT. Bueno, ¡hasta cuando compran curitas, facturan!
Sin embargo, los más ricos de México posiblemente ni se preocupan por facturar, porque compran facturas… o simplemente no pagan. Bueno, no les gustaba pagar, hasta que llegó Andrés Manuel López Obrador y los empezó a forzar. El que de plano no tiene vergüenza es Ricardo Salinas Pliego, quien todavía se resiste a pagar 63 mil millones de pesos en impuestos, a pesar de que el gobierno federal y la Secretaría de Hacienda ya han ido a tribunales para exigir ese pago.
Por cierto, otros de los más ricos de México, que además son sinaloenses, aparecieron ayer en la lista de los 20 hombres más ricos del país. Son cinco empresarios de apellido Coppel, que acumulan una fortuna de más de 9,000 millones de dólares. Y pues la empresa Coppel, cuyas propiedades pertenecen a estos cinco parientes, recibió ayuda del gobierno anterior de Sinaloa, que les aplicó auditorías “raquíticas”, realizadas por otro Coppel… quien casualmente era gobernador de Sinaloa y ahora es embajador en España.
No sabemos qué significa exactamente “auditorías raquíticas”; los funcionarios del SATES de Sinaloa nos meten en esos temas técnicos para no decir los nombres reales. Sin embargo, lo que sí sabemos es que el daño al patrimonio público fue de 2,200 millones de pesos. Es decir, podemos inferir —sin estar seguros, porque no han dado explicaciones— que les hicieron el favor para no pagar esa cantidad al SAT.
Yunes y Morena.
Tremendo enredo el de ayer. No sabemos si Yunes retiró su afiliación a Morena o si fue Morena quien rechazó su filiación. Como diría Fox: “ambas dos”.
Lo que sí es cierto es que la dinastía Yunes —cuyo ADN político viene de la maestra Elba Esther Gordillo, a quien luego traicionaron para pasarse al PAN, y que después traicionaron otra vez para ahora estar en Morena— ya no formará parte del partido guinda.
Este caso de Yunes puede leerse como un triunfo de la base morenista. Apenas apareció Yunes con los senadores Adán Augusto y Fernández Noroña, la militancia expresó. Lo que es cierto es que el tema abre otra discusión, la revisión los perfiles de quienes deberían, o no, pertenecer a Morena. La Comisión de Honor y Justicia debe recorrer el país y comenzar una depuración: separar a quienes tienen principios éticos e historia coherente, de quienes no. Y ya que estamos en eso, les pediría que se den una vuelta por Sinaloa. Últimamente ha sido notorio el aumento en la afiliación de ex priistas y panistas de dudosa reputación.
Pero, ojo, militantes de Morena: no todo es lo que parece. En realidad, se está aplicando un guion que ya se ha visto en otros estados, como Sinaloa. Es muy probable que al señor Yunes lo veamos en los próximos días “saltando” al Partido Verde, el cual opera bajo el cobijo de Morena.
Y es que hace un año, en Sinaloa, durante un evento en el que estuvo presente la actual presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, se pretendía presentar a la militancia las nuevas incorporaciones de expriistas y expanistas al movimiento de la entonces candidata. Pues vaya sorpresa se llevaron cuando los militantes abuchearon y gritaron a pecho abierto que no aceptaba a las nuevas incorporaciones, entre las que destacaban Chuy Valdez, Gloria Himelda Castro, Faustino Hernández (epd) y otros. Finalmente, aquellos personajes terminaron siendo los candidatos del Verde y son militantes de ese partido, y hoy están bajo el cobijo de la 4T.
