Un estudio recién publicado en la revista científica internacional “Environmental Research” relaciona por primera vez la exposición al herbicida glifosato con la aparición de enfermedades neurológicas graves en la población adulta de los Estados Unidos.
En general, la población está expuesta al glifosato a través de diversas vías: contacto en la piel, inhalación, o por la ingestión de agua y alimentos contaminados (esto se ha demostrado científicamente en México). Se utiliza para acelerar la muerte de cultivos como trigo, arroz, hortalizas, frutas, semillas, entre otros muchos, y así hacer más eficiente la cosecha para enviarlos a los mercados.
El estudio mencionado se basó en analizar la relación estadística entre la concentración de glifosato detectado en la orina de mil 523 personas de EU de edades entre 18 y 80 años, la mayoría mujeres (51.5 por ciento) con una edad promedio de 48 años, y el padecimiento de diferentes enfermedades neurológicas. Se detectó glifosato en más del 80 por ciento de los participantes.
Por otro lado, un reporte previo de la Red de Acción contra los Plaguicidas de Norteamérica que analizó bases de datos públicas del sistema de salud, explicó cómo los pesticidas agrícolas (incluyendo al glifosato) afectan la salud de la población infantil de los EU: indicó que la enfermedad de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) aumentó un 33 por ciento en niños de entre 3 y 17 años en el periodo de 1997 y 2008.
Es urgente que las autoridades sanitarias y ambientales mexicanas diseñen y ejecuten investigaciones que generen información precisa sobre la cantidad de agroquímicos asperjados en la producción de alimentos, así como la cantidad de agroquímicos presentes en los cuerpos de la población en México. La viabilidad de las generaciones presentes y futuras está en juego.