Por segundo torneo consecutivo en la mal llamada Liga de Expansión del fútbol mexicano, antes conocida como “Primera A” o Liga de Ascenso, se suscita algo que llama la atención, sí, algo entre los negocios de multi propiedad o el financiamiento a los equipos de dudosa procedencia para sostener nóminas y aparato de los equipos en una liga que tiene sus días contados, debido a que dejó de ser negocio cuando el político priista y su grupo político-empresarial Mikel Arriola se hicieran de las ligas profesionales en México. Mientras el fútbol en México se vuelve un coto o bien, un negocio de unos cuantos, priorizando no el desarrollo, sino el cuánto dinero se pueda sacar de las televisoras, los gobiernos, las casas de apuestas y el nuevo pero viejo confiable sector nostálgico de la venta del fútbol mexicano a los fanáticos en Estados Unidos.
Y es que mientras hace algunos años nos emocionábamos por una camada de jóvenes que quedaban campeones del mundo en categorías menores (formativas sub 17) y luego se ganaba un oro y un bronce olímpico (considerado también categorías formativas sub 23 mas 3 refuerzos), hoy México se encuentra sumido en la nostalgia de su mayor circo popular, el fútbol.
Dicho sea de paso, la FIFA, quien es el órgano rector del fútbol global dentro de sus normativas, estipula quienes deben tomar parte en las desviaciones de la organización del fútbol, destaca que dentro de sus lineamientos se solicita la cero intromisión de gobiernos, o grupos delictivos, así como otras vertientes que tienen que ver con casas de apuestas. Si bien quienes manejan el fútbol en México lo han logrado sortear, cada vez es más delgada la línea entre el negocio que tienen los empresarios dueños de los equipos y quienes manejan la liga, para ejemplo lo más reciente donde la FIFA pidió a Grupo Pachuca que para poder participar en el Mundial de Clubes tendría que deshacerse de su multi propiedad (sólo en primera división a cargo del Pachuca Fc y del Club León).
Y preguntarán ustedes, ¿de qué viene todo esto?
Resulta y resalta que con el pretexto de la violencia en Sinaloa —que para nadie es falso ni para las mismas autoridades—, la Liga de Expansión MX (liga de plata del fútbol mexicano) ha decidido vetar al Club Dorados de Sinaloa de participar dentro de esta justa o bien, de hacerlo tendría que llevarse a cabo en otra sede que no fuera la capital sinaloense para no “arriesgar a otros clubes”. Cabe mencionar que el torneo pasado, el club profesional con más palmares e historia de Sinaloa tuvo que jugar sus últimos encuentros como local y la fase de Liguilla en una sede alterna, llevándolo a cabo en la casa del club “hermano” o dicho de otro modo jugaron en la casa de los Xolos de Tijuana, club del Grupo Caliente, el cual adquirió a Dorados hace algunos años. Destacado con ello y sumado a la debacle del torneo de plata mexicano, por este importante club han pasado jugadores como Diego Armando Maradona, Jhosep Guardiola, Jared Borgetti, Sebastián “El Loco” Abreu, quien hoy justo es quien los dirige como técnico y logró regresarlos a los primeros planos.
Llama la atención lo anterior debido a que Dorados busca reconciliarse con su afición, con su ciudad que busca renacer una vez más y no sólo en el plano de seguridad, sino en cuanto a una sociedad necesitada de oportunidades, y el llevarse de a poco a Dorados pareciera ser una crónica de una muerte anunciada en el gran negocio del fútbol, agotando por casi 22 años el sueño de muchos que deseábamos tener fútbol profesional al alcance y que dicho sea de paso, un pueblo futbolero como Dorados, que logró formar y promover a jóvenes promesas. No todos lograron consagrarse en el gran circo, pero otros tantos han probado las mieles del fútbol, regando el sueño en los barrios culichis de la necesidad de mantener vivo un proyecto profesional de fútbol donde todos soñáramos con la posibilidad de ser parte de una selección campeona del mundo, como la del 2005 o de una medalla olímpica como en Londres o Tokio, con lo cual seguimos sintiéndonos orgullosos.
Son cientos, por no decir miles, quienes se han inconformado por este tipo de decisiones, que más que parecer deportivas parecen de carácter político —tendría sentido ya que quien maneja el fútbol es de un grupo contrario a quien gobierna en Sinaloa— y que hicieran parecer que abonan a la desaparición silenciosa de clubes como Dorados de Sinaloa, así como lo hicieron con históricos como el Zacatepec u otros, porque aunque no esté bien hacerlo, yo preguntaría, ¿por qué no dejar jugar a Dorados?, ¿por la violencia en Culiacán?, pero sí juega la Jaiba Brava en Tampico en la Liga Premier, o el Correcaminos de la UAT en Cd Victoria (también de expansión), el Irapuato de la Liga Premier o bien, el Leon y el Mazatlán FC, por citar algunos ejemplos.
Me pongo del lado también de jugadores y sus familias y el riesgo que representa el desempeñar sus profesiones en lugares donde la violencia esté presente, y lamento que haya llegado a niveles que los obligaran a resguardarse, sin embargo, parte de reconstruir el tejido social y cambiar las narrativas dentro de las sociedades más agraviadas por la violencia pasan por la resistencia y resiliencia, sin contar de proyectos que gestionen de mejor manera la crisis para devolver la confianza y seguir dotando de esperanza. Si bien el fútbol en México y en Sinaloa se ha vuelto más un espectáculo, no perdamos de vista que sigue siendo de fondo un deporte que genera la inclusión, y bien llevado, la construcción de proyectos de vida.
Por ultimo, comentar, paralelo al reinicio de la Liga de Expansión, se está llevando a cabo una temporada más de la Liga Mexicana del Pacífico, de béisbol, y donde uno de los máximos exponentes tanto en lo deportivo como en lo comercial es Tomateros de Culiacán, quienes en vez de buscar una sede alterna, o estrategias para posponer su participación, cerraron un torneo como lideres y juegan ya la etapa final y si bien al inicio y por obvias razones el estadio se veía extrañamente con poca afición, déjenme decirles estimadas y estimados lectores, que el pasado juego en el querido “Angel Flores”, perdón, hoy Estadio Tomateros —o como hayan decidido rentar el nombre—, lució abarrotado y con el pueblo culichi apoyando a sus “guindas”.
Como extra, parte de las estrategias de comunicación del gobierno de Sinaloa se llevan a cabo conferencias diarias donde se informa de acciones para mitigar la violencia, hoy tocó el turno de acompañar la conferencia al director del deporte en Sinaloa, Julio César Cascajares, quien ha desempeñado su cargo desde el inicio de la administración sin hacer mayores sobre saltos, llevando a cabo solamente su función, más allá del personaje que encarna en sus ratos libres donde da vida al “Chango 0Te”, así como a un luchador de lucha libre. Bien, Julio para nada es un improvisado en los deportes, así como en los espectáculos, hoy justo en la conferencia en la que participó, el equipo de Mesa Reservada le preguntó su opinión al respecto del tema que hablamos hoy aquí, reservándose a decir que su competencia se quedaba en formar deportistas que participarían en justas olímpicas.
El lado positivo, dio a conocer la agenda hacia clasificatorios CONADE 2025 y el Maratón Internacional de Culiacán ya próximo, así como las otras carreras que se darán.
P.D. Todas y todos invitados al Juego con Causa, este 11 de enero en las instalaciones de Zona Catorce en Culiacán, un servidor les hace la invitación a participar inscribiéndose a jugar un partido a beneficencia donde el equipo ganador que encabezará una causa de apoyo, se llevará lo recaudado. Si quieren participar y necesitan más información mándame un mensaje a mis redes sociales.
Carlos Arredondo
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