Son moderados todos los que tienen miedo
o todos los que piensan traicionar de alguna forma.
—Ernesto ‘Che’ Guevara
El llamado de la 4T desde un inicio fue un llamado abierto para todas y todos los ciudadanos que encontramos la necesidad y la sinergia de transformar un país que ya no podía más, donde el régimen político, pero aún más económico, había asumido controlar cual maximato o porfiriato nuestro México, sumiendo en la corrupción, el abuso, la pobreza y la desigualdad a una noble y rica nación.
Un puñado de personas dominaron este país por más de 70 años, cambiando nombres y colores de quienes en puro título asumieron la presidencia de la república y aun cuando existieron hechos que sin duda sentaron bases para iniciar una transformación, tales como el ‘68 el ‘71, Acteal con el EZLN o incluso AYOTZINAPA y el 132 más recientemente, esto no sería posible sin un fervor colectivo para decir ya basta.
Esta lucha la encabezó Andrés Manuel López Obrador, quien tres veces contendió por la presidencia, pero su mayor logro no ha sido ganar la presidencia en 2018 poniendo fin a ese régimen del que incluso él formó parte, me atrevo a decir que el mayor logro de Andrés Manuel, efectivamente sería entender que de este México formamos parte todas y todos, que debemos estar representadas todas las voces y poniendo en el centro de la narrativa la necesidad de cambiar el rumbo de este país.
Es hoy, ya casi por terminar el sexenio de un genio mediático como Andrés Manuel, que inicia lo que quizás se sabía podía ocurrir y sin duda sucederá, hoy en un proyecto llamado 4T, que daría cabida desde al más humilde campesino hasta al más poderoso empresario siempre y cuando entendieran que el proyecto de nación y de transformación estaba por delante, estamos viviendo la transición de quien encabezará el seguimiento de la construcción de esta transformación que dista mucho de llegar a consumarse. Andrés Manuel fijó la ruta, apuntaló el proyecto y a quienes nos sumamos a él y hoy analizamos la continuidad y el rumbo que retomará desde lo nacional hasta lo local.
Es por ello que debemos ser claros, ante todo proceso electoral la suma de voluntades siempre se dará, para bien o mejor dicho, para bien de unos cuantos, eso el tiempo lo dirá, lo que es un hecho es que en la suma matemática que haría el presidente para 2018, él mismo asumió incorporar a muchos personajes de la vida pública que muchos pensaríamos impresentables, pero que eran necesarios en la pragmática de la sumatoria electoral para concluir el proceso que se presentaba, esto es algo también que se repite en cada proceso, el sumar voluntades aun y cuando sean de dudosa procedencia, es algo que en política y en democracia sucede, y que a su vez la electora y el elector tendrán en su poder el decidir.
En pasados días, se dio la visita de Claudia Sheinbaum, la virtual candidata de Morena a continuar la transformación que inició AMLO, y así como sucedió en Sinaloa, se repetirían en Oaxaca situaciones que a mi parecer no son malas y no envían un mal mensaje como muchos quieren hacer ver, por el contrario, hablan de una militancia viva, de una militancia con consciencia crítica y sobre todo, refiere que aun y cuando para esta nueva coyuntura seguirán acercándose personajes que formaron parte del anterior régimen, no tendrán la tarea fácil si lo que buscan es ocupar espacios de poder, aunque si bien sus posiciones, recursos, redes, y poder los vuelven atractivos para la coyuntura, también es su historial y sus acciones presentes las que obligan a no vetar sus voluntades, pero sí a analizar a quién se deja entrar a casa.
Finalizo diciéndoles, ¿quién no quiere ser del equipo ganador? ¿O a poco ustedes creen que esos poderosos no son capaces de ayudar a la 4T con tal de seguir siendo privilegiados?
¡Hasta siempre!
Nestor