La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha incrementado las medidas de seguridad en Sinaloa tras la captura del narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada la semana pasada.
La Sedena anunció esta mañana el despliegue de militares de las Fuerzas Especiales que se trasladaron desde la Base Aérea Número 1 en Santa Lucía, Estado de México, hacia Culiacán, Sinaloa. Estos efectivos se unen a los 200 miembros de élite del Cuerpo de Fuerzas Especiales enviados el viernes para fortalecer las condiciones de seguridad en la región.
El 26 de julio, los militares fueron movilizados para reforzar las operaciones en curso en Culiacán, donde el gobierno federal ha intensificado la localización y destrucción de laboratorios clandestinos de metanfetaminas en los últimos meses. Los soldados llegaron al Aeropuerto Internacional de Culiacán a bordo de una aeronave de la Guardia Nacional, con la misión de cooperar con las autoridades locales para reducir las actividades de los grupos delictivos.
“Las unidades de Fuerzas Especiales se destacan por su rapidez, movilidad y capacidad de respuesta, lo que les permite aprovechar eficazmente la inteligencia recolectada. Están equipados con una amplia gama de armamento, material, equipo y aeronaves, además de recibir un adiestramiento especializado para operar en cualquier entorno geográfico”, señaló la Sedena.
El 28 de julio de 2024, otros 200 militares del Cuerpo de Fuerzas Especiales y de la Brigada de Fusileros Paracaidistas del Ejército Mexicano fueron desplegados en Culiacán, Sinaloa, para reforzar el operativo de seguridad en la zona. Estos efectivos llegaron en dos aeronaves, una de la Guardia Nacional y otra de la Fuerza Aérea Mexicana, con el objetivo de disuadir las actividades ilícitas de los grupos criminales y mantener la paz pública.
Las unidades de Fuerzas Especiales y Fusileros Paracaidistas, conocidas por su velocidad y capacidad de despliegue, están equipadas con avanzados recursos y adiestramiento para generar y utilizar inteligencia operativa. Durante sus operaciones, el personal militar actuará con firmeza en tareas de disuasión, patrullaje y establecimiento de puestos de control, siempre respetando los derechos humanos y conforme a la Ley Nacional Sobre el Uso de la Fuerza.
El Ejército, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional reafirman su compromiso inquebrantable de prevenir las actividades del crimen organizado y de salvaguardar la paz y seguridad de la población y sus bienes.
