En la sesión pública del 17 de abril, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) respaldó la candidatura de Ricardo Anaya al Senado de la República, al no encontrar pruebas de una orden de aprehensión en su contra que pudiera afectar sus derechos político-electorales.
El proyecto presentado por la magistrada Janine Otálora propuso ratificar la candidatura del ex candidato presidencial de 2018, argumentando que no se justificaba la suspensión de sus derechos electorales, como lo alegaba Morena.
Por otro lado, en la misma sesión, el Tribunal revocó la candidatura de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, ex gobernador de Tamaulipas, postulado por el PAN para una diputación federal. Los magistrados fundamentaron su decisión en las dos órdenes de aprehensión vigentes en contra del político tamaulipeco.
Respecto a Ricardo Anaya, los magistrados afirmaron que no se encontraron pruebas de una orden de aprehensión que no hubiera prescrito, como acusaban los representantes de Morena. Además, tampoco se demostró que Anaya estuviera evadiendo la justicia para evitar un proceso penal en su contra.
Desde la elección presidencial de 2018, Ricardo Anaya se ha mantenido alejado de la escena política, dedicándose principalmente a estudios en el extranjero. Su decisión de retirarse temporalmente de la vida pública fue interpretada en el contexto de su derrota en las elecciones y las acusaciones políticas en su contra, así como el clima de polarización en ese momento.
En una conferencia de prensa en febrero, el presidente Andrés Manuel López Obrador reveló detalles sobre la salida de Ricardo Anaya del país, atribuyéndola a presiones políticas y de corrupción. López Obrador señaló discrepancias entre ciertos empresarios y el gobierno anterior, lo que habría creado un ambiente favorable para la candidatura de Anaya por el PAN.
El presidente también criticó políticas fiscales implementadas por el gobierno anterior, que generaron tensiones con ciertos sectores empresariales y habrían contribuido a la salida de Anaya del país. Estos eventos, según López Obrador, reflejan luchas de poder internas y el papel de los medios de comunicación en la política mexicana.