El Jueves Santo conmemora el inicio de la celebración católica que recuerda la Pasión, muerte y Resurrección de Jesucristo, siendo el núcleo central de la Semana Santa y de todas las festividades anuales. Este período, conocido como Triduo Pascual, abarca desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Pascua.
Según los relatos evangélicos, el Jueves Santo marca el inicio con la Última Cena, donde Jesús se reunió con los doce apóstoles en Jerusalén antes de su Pasión y muerte. Durante esta cena, Jesús anunció la negación de Pedro y la traición de Judas. Además, según la tradición cristiana, en esta ocasión Jesús instituyó la Eucaristía, un momento significativo en la misa donde los fieles reciben la hostia y el vino y/o agua del sacerdote.
Otro evento destacado durante la Última Cena, relatado en el Evangelio de San Juan, es el lavado de los pies, donde Jesús realiza un acto simbólico de humildad al lavar los pies de sus discípulos.
Después de la cena, Jesús se retiró a orar en el huerto de Getsemaní o en el Monte de los Olivos, experimentando una profunda angustia antes de ser arrestado. Judas lo traiciona, identificándolo con un beso y facilitando su arresto.
En la actualidad, el Jueves Santo se celebra con diversas tradiciones. Se lleva a cabo la “hora santa” en recuerdo de la agonía de Jesús en Getsemaní, la traición de Judas y su arresto. Por la mañana, se celebra la Misa Crismal, donde se bendicen los óleos utilizados en los sacramentos. Por la tarde, tiene lugar la Misa de la Cena del Señor, previa al Triduo Pascual, que culmina con la celebración de la Resurrección de Cristo el Domingo de Pascua.
Durante el día, es común recorrer siete iglesias como gesto de acompañamiento a Jesús durante su Pasión. Además, en muchas ciudades se realizan procesiones con la participación de diferentes cofradías, donde se representan escenas de la Pasión y muerte de Cristo, en un ambiente de devoción y admiración, como en caso de Iztapalapa en la ciudad de México.
En el caso de Sinaloa son comunes la misas y el lavado de píes.