La Administración de Control de Drogas (DEA) aseguró en su última Evaluación Nacional de la Amenaza de las Drogas 2024 que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa (CDS) están presentes en los 50 estados de Estados Unidos.
El informe destaca que estados como California, Arizona, Texas y Florida, entre otros, tienen una mayor concentración de miembros de cárteles mexicanos. Un mapa detallado de la DEA muestra la presencia de estos grupos en diferentes regiones del país.
Los cárteles continúan vendiendo fentanilo ilícito en forma de pastillas que imitan medicamentos recetados, lo que lleva a que muchos estadounidenses adquieran y consuman drogas ilegales pensando que son medicamentos legítimos.
El CDS ha estado produciendo grandes cantidades de fentanilo desde al menos 2012, con la facción Chapitos aumentando la importancia de esta droga en el cartel.
Los Chapitos inicialmente establecieron operaciones para fabricar fentanilo en las montañas cercanas a Culiacán. Ahora controlan la adquisición de precursores químicos de China y supervisan la producción de fentanilo en laboratorios ocultos en Sinaloa y otros bastiones del cartel en México.
El CJNG se ha convertido en uno de los mayores productores y traficantes de fentanilo, tanto en polvo como en pastillas, hacia Estados Unidos.Aunque el CJNG no tiene la misma capacidad de producción de fentanilo que el CDS, ha inundado las calles de Estados Unidos con fentanilo mezclado con otras drogas como heroína, cocaína y xilazina.
El CJNG tiene conexiones con proveedores de precursores químicos en China para la producción de fentanilo y metanfetamina, y controla varios puertos marítimos para importar estos productos químicos.
En cuanto a la distribución de drogas en Estados Unidos, la DEA informó que los cárteles y traficantes callejeros utilizan aplicaciones de mensajería encriptadas y redes sociales para organizar entregas, anunciar y recibir pagos de manera rápida y discreta.
El informe indica que tanto el Cártel de Sinaloa como el CJNG han causado la peor crisis de drogas en la historia de Estados Unidos. Estos cárteles controlan el flujo de casi todas las drogas ilícitas hacia el país, y su dominio en el comercio de drogas sintéticas es evidente en el constante flujo de fentanilo y metanfetamina hacia el mercado estadounidense.
