#Entremés, Merary, Lobo y cambios en Morena

Merary quiere ser todo

Así lo dijo el gobernador Rubén Rocha Moya en una conferencia hace unos meses, cuando Merary Villegas retomó las funciones de presidenta estatal de Morena tras la elección del 2 de junio. Tiene mucha razón el gobernador, porque Merary fue electa diputada federal en 2021; siendo diputada, compitió para ser presidenta de Morena en agosto de 2022. En 2024, ya como presidenta de Morena, solicitó licencia al cargo para participar como precandidata y luego como candidata nuevamente a la diputación federal. Al finalizar la elección, volvió a la presidencia de Morena y, hace apenas dos meses, tomó protesta como diputada federal. Sin embargo, el sábado pasado pidió licencia nuevamente para regresar a la dirigencia del partido. Una de las máximas de Morena es no mentir al pueblo, y Merary pidió el voto a los sinaloenses para representarlos en la Cámara de Diputados durante tres años, compromiso que no está cumpliendo.

Otro que quiere ser todo

El diputado Pedro Lobo solicitó licencia a su diputación local para buscar la presidencia de Morena en Sinaloa, tras la convocatoria del Comité Ejecutivo Nacional para la sustitución de vacantes el próximo 16 de noviembre. Sin embargo, Merary Villegas pidió licencia como diputada federal para no quedar impedida por el artículo 8 del estatuto de Morena y retomar la dirigencia del partido hasta agosto de 2025. Durante la definición de candidaturas en abril pasado, muchos morenistas quedaron fuera debido a la reelección de quienes ya ocupaban cargos, incluyendo a Pedro Lobo, quien cumpliría su tercer periodo, dos de ellos por la vía plurinominal. Apenas se instaló el Congreso de Sinaloa y Lobo ya solicitó licencia para ocupar el puesto que tenía Merary. Esto es legal, pero cuestionable éticamente, especialmente en representantes de un partido que nació para romper las malas prácticas incubadas en el prianismo.

Se les va a acabar

Andrés Manuel López Obrador siempre se ha manifestado en contra de la reelección; lo ha dicho en muchas ocasiones en su mañanera, declarando que es maderista y recordando que el presidente iniciador de la Revolución Mexicana se levantó en armas bajo el lema “Sufragio efectivo, no reelección”. Ahora será Claudia Sheinbaum, con la mayoría de Morena y aliados en el Congreso federal y en los locales, quien tendrá la oportunidad de revertir la reforma política de Peña Nieto, apoyada por el PAN y el PRD, que permitió la reelección. Otro cambio que la nueva dirigencia nacional de Morena está impulsando es el cumplimiento del artículo 8 del estatuto, que establece que “Los órganos de dirección ejecutiva de MORENA no deberán incluir autoridades, funcionarios o integrantes de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial de los municipios, estados y la federación”. Esta norma había quedado en letra muerta en casi todo el país, incluyendo Sinaloa. Finalmente, otra reforma que busca profundizar Sheinbaum es acabar con el nepotismo. Estas tres prácticas heredadas del prianismo estaban ya muy arraigadas en Morena, pero afortunadamente parece que el movimiento ahora sí va en serio contra estas prácticas

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