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Explosiones en Irán podrían ser una represalia de Israel

Varias explosiones sacudieron el centro de Irán este viernes, en un evento que funcionarios estadounidenses han señalado como un ataque israelí en respuesta a los drones y misiles lanzados por Teherán contra Israel el sábado pasado.

La agencia de noticias iraní Fars informó de “tres explosiones” cercanas a la base militar de Shekari, al aeropuerto de Isfahán y a la ciudad de Qahjavarestan, en la región central de Irán.

La defensa aérea derribó varios drones y, hasta el momento, no se ha detectado un ataque con misiles, según un portavoz de la agencia espacial de Irán.

El presidente iraní, Ebrahim Raisi, pronunció un discurso en el noreste del país el viernes, pero no mencionó las explosiones ocurridas horas antes.

La agencia de prensa Tasnim, citando a “fuentes informadas”, negó que el país hubiera sido objeto de un ataque “desde el extranjero”.

Este evento tiene lugar en medio de un aumento de tensiones entre Irán e Israel, con Israel prometiendo una respuesta a un reciente ataque de Teherán en su territorio, en el contexto de la guerra en Gaza.

Medios estadounidenses como CNN citaron a altos funcionarios que aseguraron que Israel había lanzado un ataque en territorio iraní y había avisado previamente a Washington. Según estas fuentes, las explosiones responden a la agresión iraní contra territorio israelí el sábado pasado.

En respuesta a los informes, el ministro italiano de Exteriores, Antonio Tajani, solicitó una “desescalada” en la región durante una reunión del G7 en la isla de Capri.

“El G7 quiere una desescalada total en una región bajo gran tensión”, declaró a sus homólogos de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania y Japón.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, presente en Capri, se abstuvo de comentar sobre las explosiones en Irán, y solo afirmó que Estados Unidos “no participó en ninguna operación ofensiva”.

Por su parte, el canciller ruso Serguéi Lavrov afirmó que Moscú indicó a Israel que Irán “no quiere una escalada”.

Omán, que ha sido un mediador entre Irán y las potencias occidentales, condenó el “ataque israelí” contra Irán y “las repetidas agresiones militares de Israel en la región”, según un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) informó que las instalaciones nucleares iraníes no sufrieron “ningún daño” en el ataque, y advirtió en la red X que “ninguna instalación nuclear debe ser nunca objetivo de conflictos militares”.

Las instalaciones nucleares iraníes se encuentran en el centro del país, en Isfahán, Natanz y Fordo, además de la ciudad portuaria de Bushehr.

De acuerdo con el diario estadounidense New York Times, que citó a funcionarios iraníes, el ataque fue llevado a cabo con pequeños drones que probablemente fueron lanzados desde territorio iraní.

The Washington Post también citó a un funcionario israelí anónimo que afirmó que el ataque era una respuesta a la agresión del fin de semana y tenía el objetivo de demostrar que Israel puede alcanzar el interior de Irán.

El ministro israelí de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, fue acusado de atribuir implícitamente a Israel las explosiones en Irán después de publicar un mensaje que insinuaba que la actuación de Israel no fue lo suficientemente contundente.

El ejército israelí informó sobre la activación de sirenas antiaéreas en el norte de Israel, cerca de la frontera con Líbano, un área propensa a enfrentamientos entre sus fuerzas y Hezbolá, aliado de Irán.

Mientras tanto, se reportaron explosiones en el sur de Siria, otro país aliado de Teherán que suele ser blanco de ataques israelíes.

Irán llevó a cabo su primer ataque directo contra Israel el sábado, lanzando alrededor de 350 drones y misiles, la mayoría de los cuales fueron interceptados.

Las autoridades iraníes afirmaron actuar en “legítima defensa” tras el bombardeo contra su consulado en Damasco el 1 de abril, que atribuyeron a Israel y que resultó en la muerte de siete miembros de la Guardia Revolucionaria.

Estos eventos se enmarcan en el contexto de temores de una expansión regional del conflicto entre Israel y el movimiento islamista Hamás, aliado de Teherán, en la Franja de Gaza.

El conflicto en Gaza comenzó con el ataque de Hamas el 7 de octubre en el sur de Israel, en el que los combatientes islamistas mataron a unas 1,170 personas y secuestraron a unas 250.

En respuesta, Israel lanzó una ofensiva aérea y terrestre en Gaza, que hasta ahora ha dejado 33,970 muertos, según el Ministerio de Salud de Hamás.

Los ministros del G7 expresaron a Israel su oposición a una “operación militar de envergadura en Rafah”, en el sur de la Franja, advirtiendo que tendría “consecuencias catastróficas para la población civil” en la zona.

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