Elecciones 2024 - Mesa Reservada

La lucha magisterial en medio del proceso electoral

El profe Cruz

“no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca, jamás, sucedió” J. Sabina

El proceso electoral ha tocado su punto medio, mas no álgido, en su caminar se han despejado algunos elementos que permiten aclarar lo que se juega. Luego del cacareado debate donde las y el candidato marcarían posicionamiento político con respecto a sus rivales políticos, dejó en claro que ninguno de los participantes tiene un proyecto bien elaborado del país, en más, ni siquiera conocen las necesidades apremiantes de la sociedad mexicana.

El esperado debate, donde se expondrían las ideas acuerpadas en una campaña política, dimensionando el México que se pretende construir, resultó un encuentro ausente de conceptos claros y definidos, explicaciones de los grandes problemas nacionales, en otras palabras, se presenció un evento donde los reclamos y señalamientos personales estuvieron por encima de las propuestas.

Claudia, con su carisma que le caracteriza, repitió las ideas que expresa en sus spots de campaña; Xóchitl olvidó que es candidata, empeñándose en se botarga para los memes y el entretenimiento en las redes sociales, y bueno, el varón, queriendo desmarcarse de las damas, y ante el desconocimiento de su persona, aprovechó el espacio para venderse mejor como candidato.

Condicionado por la posición, los posteriores análisis de los expertos en política, no escatimaban pudores en dar como ganadora o ganador a su afín en el partido que militan. No hubo mucho análisis crítico en los medios supuestamente de izquierda, aparentemente crítico, el sesgo político-ideológico

Tocante a la educación, ninguno de los tres tiene una idea de lo que es eso, no tienen empacho en mostrar la ignorancia del sector educativo y cultural, tampoco les interesa.

Si la indiferencia hacia el sector educativo es tal, qué se puede decir sobre los docentes, pareciera que lo que importa es quién reparte más dinero, cof cof, quise decir, programas sociales, quien sea más efectivo en esos menesteres, podrá granjearse las simpatías de algunos sectores sociales, sobre todo los necesitados, lo que no significa que se traduzca en un triunfo electoral.

Esta marginación de la educación como tema debatible, con margen para los ajustes correspondientes, se suma a la decepción que ha resultado el gobierno de la 4T para el gremio, las promesas también comen, como el amor, no pueden sostener en el aire, sin el roce, caricia, contacto, materialidad.

En retrospectiva, la derogación completa de la reforma educativa impulsada por Peña Nieto, fue tan tímida que sólo se eliminó el concepto de “permanencia”, es decir, la evaluación que podía afectar laboralmente a quienes no pasaran los exámenes. La CNTE y los maestros en lucha calificaron este instrumento como punitivo, que lo fue, sin duda alguna.

El encanto que tuvo Amlo con las maestras y maestros fue similar al encanto del flautista con la serpiente, un hechizo que encerraba el cansancio, el dolor y miedo de dos administraciones (Calderón y Peña) de constantes persecuciones, linchamientos y muertes. Si bien, no se podía vivir y laborar sin romper vínculos con el Estado, tampoco se trataba de señalar a los docentes como los máximos responsables del fracaso educativo.

Amlo no hizo más que quitar lo punitivo a la reforma de Peña, dejó satisfechos a los maestros de la incertidumbre de quedar fuera después de una evaluación hecha con la intención de amedrentar, y detrás de esa violenta iniciativa estaba Mexicanos Primero de Claudio X. González.

Mientras el esfuerzo de las maestras y maestros que se organizaron y lucharon durante años, en especial la CNTE, dieron los frutos, consiguiendo un paréntesis para respirar, soñar, ilusionarse con el nuevo gobierno (nuevo por lo del partido), los caciques de los sindicatos movieron sus hilos para negociar con las autoridades que en cada estado del país asumían la gubernatura.

En el caso de Sinaloa, el gobernador Rubén Rocha Moya le dio la espalda a quienes le apoyaron y llevaron al poder, con el látigo del desprecio, la persecución política y linchamiento mediático, se ufanó de quienes eran su bastión en campaña, y una vez instalado como gobernante, no sólo los desprestigió como si de criminales se tratase, retomando la alianza que Morena prometió romper, la coraza gobierno-sindicato, hasta la Constitución se modificó para darle mayor sustento.

Ya mucho se sabe de esto, no es necesario agregar más, si alguien quiere sacar sus conclusiones de cómo Morena pasó de un partido de ilusión y esperanza a un partido de oportunistas, vividores y saqueadores, las respuestas se deben encontrara en Morena misma.

En el afán de controlar todo, que ninguna iniciativa quedara bloqueada, optó aliarse con aquellos que representaban un dique desde los otros partidos, de ahí el llamado Plan C, traducido al lenguaje popular significa forma equipo con tus enemigos. Todo esto es política, ¿Dónde queda la gente que hizo Morena?, ¡desbancada!

Al igual que sus militantes de a pie, los docentes fueron marginados de las decisiones fundamentales del partido, ofuscado en la lógica de la política tradicional, las ilusiones se fueron por la borda, junto con las propuestas de Transformación de la sociedad y educación.

Habitada la cúpula del partido por los mismos cínicos que han militado en otros partidos, osease la derecha, la izquierda se ha desdibujado por completo. Si la derecha e izquierda se unen para mantener la paz política, la higiene social, la tranquilidad, el idilio de “la república amorosa” ahora rebautizada como “el país del bienestar”, “el segundo piso”, “la Transformación”, el país de “la esperanza” donde caben todas y todos ellos, menos el pueblo que dicen representar.

¿Qué futuro queda para las maestras y maestros en el plano de la lucha? Lo que decidan en sus espacios, las conclusiones a las que lleguen, si la propuesta es empeñar la esperanza en las votaciones, bueno, eso se hizo en el 2018 y 2021 y los resultados son conocidos. ¿Abstenerse a hacer? Aunque es una forma de reproche, tampoco soluciona gran cosa. Es aquí, sin determinismos, donde la reflexión debe relucir en un amplio debate interno, no en desvelarse si vota o no, sino en organizar la lucha para lo que viene después de 2024, en el juego de pelota el cacique Amador lleva la delantera, pero aún no mete gol, se ha reforzado en todas las posiciones, hasta el árbitro está de su lado, las reglas, el alarido de las gradas, los locutores que narran el partido, y para acabarla de amolar, el defensa central se ha lesionado, el cuarto árbitro impide el acceso a la cancha de los asistentes médicos, así, en inferioridad numérica, inversión y patrocinio, hasta el aire corre en contra, regresando el balón a la portería, con todo y eso, con todo y lo dramático, fatalista y trágico que pueda parecer el panorama, quienes controlan el juego no siempre ganan, basta una jugada por las bandas, un centro largo, un despeje, un tiro libre con barrera, un posible penal que el árbitro no pitará, un error de la zaga para clavarle bien hondo en balón en la portería. Por la noche el programa de Espndeportes analizará cómo fue posible ganar contra el mejor equipo y con todas las adversidades, el señor Valdano dirá, el fútbol tiene ese misterio desconocido e incontrolado hasta por los dioses, es así nomás, la pelota es redonda como el mundo, cuando el equipo juega como tal, es decir, como si fuera uno solo siendo muchos, le potencial desplegado alcanza niveles insospechados, hay misterios que sólo en la cancha se puede vivir, hay que jugar para entender de qué se trata esto, y sí, sólo en equipo se puede derrotar al rival, ¿lo somos?, ¿podremos?, el tiempo dirá.

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