Aquí lo bueno y lo malo de la cuarta transformación. Palomita para SHCP y tache para SEPyC.
Lo bueno.
Siguiendo el postulado ¡Por el bien de todo, primero los pobres!, Ayer se aprobó en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados la Ley de Ingresos, que corresponde a la cantidad de 9 billones 302 mil millones. Cabe destacar que la Ley de Egresos (todavía no aprobada) contempla incrementar la protección social per cápita al pasar a 16,256 pesos, lo que representa un aumento de más de 50 por ciento con respecto a los 11,139 pesos de 2019. En la Ley de Egresos, se contempla un monto de 835 mil 700 millones de pesos canalizados a través de los programas sociales prioritarios del gobierno federal, de los cuales la presidenta Claudia Sheinbaum agregó dos más: la beca Rita Cetina y la pensión a las mujeres de 60 a 64 años.
Se acabaron aquellos años en que los ciudadanos temían a las leyes de ingresos porque había gasolinazos, nuevos impuestos e incrementos al IVA. Eso no era todo, pues la idea de los gobiernos neoliberales era expandir la “recaudación fiscal” (entiéndase cobrarles a los pobres) a través de impuestos al consumo (ahí nadie escapa, todos compran), para seguir realizando contratos de Asociación Público-Privada para plantas de energía, hospitales, carreteras, puertos, sistemas de agua y cualquier cantidad de esquemas de robo del presupuesto.
Antes se decía: “con que nos van a chingar”… ahora se dice ¿qué nos van a dar?”
Por cierto, con esta política han salido de la pobreza 5.1 millones de habitantes. Según el Inegi, desde 2018 hasta 2023, los hogares más pobres han incrementado en un 19 % sus ingresos, descontando la inflación, y la diferencia entre lo que ganan los más ricos y los más pobres se redujo de 21 a 15 veces en seis años.
Lo malo.
Se le olvidó a la Secretaría de Educación Pública y Cultura que el pueblo es sabio. El domingo por la noche hubo numerosos eventos violentos: tres personas fueron ejecutadas en la colonia Amistad, un repartidor fue acribillado en El Barrio y otros más cerca de la barda del cuartel militar. Además, 60 cámaras de seguridad y casas en diferentes sectores fueron baleadas.
Se escucharon detonaciones en las colonias Progreso, La Costerita, 22 de Diciembre, Guadalupe Victoria, 5 de Mayo, República Mexicana, El Barrio, Stanza Torralba, sector Siete Gotas y al menos en tres sectores más.
Ante esta situación, los padres y madres de familia, antes de que la autoridad decidiera si habría clases o no, optaron por no mandar a sus hijos e hijas a la escuela. Los grupos de WhatsApp escolares se llenaron de mensajes de familias informando que no enviarían a sus hijos.
Así, los colegios privados comenzaron a pasar a modalidad en línea. Posteriormente, la UAS anunció la suspensión de clases en Culiacán y Navolato, y tanto la UAdO como el Tec hicieron lo mismo. La mayoría de los kínderes, primarias y secundarias públicas también suspendieron actividades.
A pesar de ello, la Secretaría de Educación salió por la mañana informando que no había suspensión de clases presenciales y que los planteles permanecían abiertos. Al Final del día, según datos de la SEPyC, solo el 30 % de los estudiantes asistieron a clase. Que tanta necedad de querer que haya clases.
Hay que escuchar al pueblo, es uno de los mantras de la 4T. Que no se les olvide que el pueblo es sabio.